El joven que confesó haber asesinado a su pequeño hijastro se encontraba en plenitud de sus facultades mentales cuando cometió el acto. Así lo reveló el primer informe médico que se le realizó una vez que confesó el hecho y quedó detenido.
Brian F., de 21 años, era el padrastro del bebito de un año y medio que falleció en Villa Gobernador Gálvez, luego de que este sujeto lo arrojara en dos ocasiones contra el asfalto porque "lloraba mucho".
En primer término, el hombre dijo en Fiscalía que el chiquito -que estaba bajo su cuidado- se le cayó mientras trataba de calmarlo, sin embargo se contradijo en varias ocasiones en su discurso, y por eso finalmente terminó confesando lo ocurrido a la policía.
A los agentes les manifestó que había salido a caminar por la calle para intentar contener al chico pero este empezó a llorar con más fuerza, entonces decidió arrojarlo en dos oportunidades contra el piso.
El pequeño ingresó el hospital Gamen con traumatismo de cráneo, una herida cortante en el nivel frontal y una escoriación lateral en la cara. Pese a que le realizaron tareas de reanimación, falleció.
La fiscal Georgina Pairola ordenó que se le realice una autopsia en el Instituto Médico Legal para determinar las causas de crimen, mientras que ordenó que peritos entrevisten a familiares para conocer el contexto en el que vivía el chico.
A raíz de la confesión de Brian, pidió que informes a los médicos forenses para determinar si comprendía la criminalidad de sus actos y estaba apto para asistir a la audiencia imputativa. El informe reveló que el detenido "se encuentra en pleno conocimiento de sus facultades mentales".
(Fotografía: Juan José García)
