La policía provincial secuestró gran cantidad de pirotecnia que estaba escondida en el Gigante de Arroyito, en la previa al partido entre Central y San Martín de Tucumán.
La Brigada de Explosivos estuvo a cargo de la requisa y dio con cientos de bombas de estruendo y humo, además de gran cantidad de bengalas que iban a utilizarse en la salida del conjunto canalla.
Este material estaba escondido debajo del chapón de ingreso a la sala de electricidad. Advertidas al respecto, las autoridades de Central negaron estar al tanto del tema, tal como ya había ocurrido en varias ocasiones anteriores.
La sucesión de hechos de esta características, tanto en Central como en Newell's, y la inocente y reiterada respuesta del asombro ante el descubrimiento no da lugar a grises: o los dirigentes son cómplices de los barras para hacer ingresar al estadio material prohibido, o son tan inoperantes que cualquiera los ingresa por las puertas de sus clubes todo el tiempo.
(Fotografías: @JoseljuarezJOSE)