Un verdadero caos de tránsito se generó en la céntrica esquina de Balcarce y Brown cuando un taxista con signos claros de estar alcoholizado quiso negarse a la realización de un test. Hasta le ofreció dinero a los agentes frente a la prensa.
El taxi mal estacionado fue lo que alertó a los agentes de la Secretaría de Control y Convivencia que requirieron la presencia del conductor. El hombre se encontraba en un bar y cuando salió a mover el vehículo los efectivos detectaron enseguida que tenía signos de estar borracho.
Lo cierto es que con la llegada de más personal municipal se inició un entredicho ya que el chofer se negaba a realizar el test de alcoholemia.
Tras varios intentos fallidos finalmente el análisis dejó 2,17 de alcohol en sangre, una cifra por demás excesiva cuando para los conductores de vehículos afectados al servicio público el resultado siempre debe dar 0,0 para no ser pasible de sanciones.
Ante la presencia de movilleros de radio y televisión, el alcoholizado taxista hasta ofreció dinero a los agentes. El hombre argumentaba que estaba fuera de su turno y pensaba regresar a su casa sin manejar utilizando otro coche.
El episodio terminó con la unidad secuestrada y con la apertura de un sumario al chofer para evaluar sanciones.