Tras la detención de los seis policías del Comando Radioeléctrico en Santa Fe, se conocieron detalles de los delitos cometidos que incluyen la tortura a un joven discapacitado y la agresión a una mujer embarazada que terminó perdiendo al bebé.
Los agentes fueron imputados ayer como autores de diversos hechos delictivos ocurridos entre enero y diciembre de 2017. Se investigan 41 casos, entre los que se cuentan allanamientos ilegales, apremios, robos, amenazas coactivas, falsedad ideológica, vejaciones, severidades y hechos de tortura.
"Estos policías ingresaban a los domicilios de los vecinos, ya sea de Colastiné o de Rincón, donde golpeaban a los moradores, se llevaban objetos y exigían la entrega de dinero, armas o drogas. En la mayoría de los casos disfrazaban todo esto como un procedimiento policial, se llevaban detenidas a las personas y seguían aplicandoles golpes ya en sede policial. En muchos de los casos las víctimas eran de sectores de bajos recursos, y hay otras de clase media", explicó el fiscal Ezequiel Hernández.
Uno de los casos de tortura tuvo como protagonista a "un chico de 17 años discapacitado que fue obligado a meter el dedo en un ventilador de la comisaría" y también se cuenta a una mujer que estaba cursando el segundo mes de embarazo y fue agredida en su domicilio junto a su pareja y su cuñado.
"Luego fue llevada a la comisaría donde siguió siendo golpeada y amenazada, a pesar de que ella dijo que estaba embarazada. Todo ello culminó en la pérdida del embarazo", amplió respecto al accionar delictivo de los policías.
"Otro caso es de un muchacho al que le aplicaron lo que es conocido como submarino seco, que consiste en colocar una bolsa de plástico en la cabeza para generar asfixia, mientras tanto lo golpean con un látigo de cuero trenzado que le provocó lesiones", agregó.
Por último mencionó que "a una chica de 12 años le dijeron que la iban a llevar a un orfanato para que la violen y finalmente hasta le robaron su alcancía".