El reinicio de la Superliga encuentra a Central y Newell's con pocos puntos de diferencia, pero con una enorme brecha económica entre uno y otro. Mientras que el canalla tiene al día a sus empleados, mantiene sin problemas a un costoso plantel e invierte en infraestructura, la Lepra sigue arrastrando deudas, está obligado a vender y ni siquiera puede terminar su hotel.
Estas variantes ya llevan algún tiempo, pero ahora han crecido de forma desproporcionada. Las razones son varias, pero tienen que ver sobre todo con la política de formación de juveniles e incorporación y transferencias de uno y otro club en los últimos años.
Central
Días atrás, el vicepresidente de Central, Luciano Cefaratti, informó que durante la actual gestión ingresaron a la tesorería u$s24,5 millones netos por ventas de futbolistas. Entre los nombres figuran muchos formados en inferiores, como Franco Cervi, Giovani Lo Celso, Walter Montoya y Víctor Salazar.
Pero también aparecen otros que en su momento fueron adquiridos con la posibilidad de cotizarlos y revenderlos después, como Alejandro Donatti, Marcelo Larrondo y Damián Musto. También aquí se podría sumar a Javier Pinola, más allá de que la comisión no quería desprenderse del defensor.
Los buenos desempeños canallas en sucesivos torneos permitieron incrementar el número de socios que alcanzó los 60 mil. También creció notablemente la venta de merchandising, aunque en el rubro indumentaria el contrato con Nike dejó poco y nada económicamente en Arroyito.
En lo que sí pudo facturar el auriazul fue en materia de sponsors, ya que al contrato de tres años con el Banco Municipal le siguió un interesante vínculo con la firma de electrodomésticos TCL.
A partir de estos importantes ingresos el semestre pasado pudo invertir u$s8 millones en refuerzos, y actualmente sostiene un plantel que cuesta unos $15 millones mensuales.
Sin embargo, conscientes del equilibrio económico que deben mantener, en este mercado los dirigentes compraron lo justo y necesario para potenciar a los juveniles que el día de mañana realimentarán el círculo virtuoso. Eso sí, no hubo necesidad de desprenderse de ningún referente.
Mientras tanto se terminó de comprar el predio de Arroyo Seco y se invirtió fuerte en él, así como también en el de Granadero Baigorria y hasta hay intenciones de iniciar una remodelación del Gigante de Arroyito.
Newell’s
El lado opuesto lo vive Newell's, cuya crisis económica no parece tener fin. A la enorme deuda que dejó Eduardo López y que el club debe hacerle frente con dos cuotas anuales de $10 millones, se le suma el descalabro económico que dejó la anterior comisión, con aval del juez Fabián Bellizia.
La gestión Bermúdez se tuvo que hacer cargo de primas impagas de años anteriores, reclamos de ex jugadores y compras nunca saldadas como las de Nacho Scocco y Mauro Formica, entre las más relevantes. Justamente la salida de estos jugadores sirvió sólo para abaratar contratos y cancelar pasivos, porque al club no le quedó un peso.
Con la purga masiva de futbolistas el semestre anterior, se logró reducir el presupuesto de fútbol alrededor de un 25%. Hoy mantener el plantel cuesta $5 millones mensuales, tres veces menos que el de su clásico rival. Pero así y todo para las alicaídas arcas rojinegras es mucho. De ahí a la necesidad de vender como sea.
Tras la última gran venta (Ezequiel Ponce a la Roma por unos u$s5 millones), sólo la de Milton Casco por u$s2,5 millones dejó algo de aire. En el Parque tuvieron que rifar juveniles para sobrevivir, y así se desprendieron de Lorenzo Faravelli, Ezequiel Unsain y Guillermo Ortiz por menos de u$s1 en total. Por otro lado, casi todos los que llegaron al club lo hicieron a préstamo o si fueron comprados, tenían muy bajo poder de reventa.
Recién en este mercado de pases, con las salidas de Franco Escobar, Nehuén Paz, Milton Valenzuela y la transferencia del porcentaje de juveniles, Newell's terminará contando algo así como u$s3 millones. De cualquier modo este dinero ya tiene destino: ponerse al día con jugadores y empleados.
También hay que seguir pagando las cuotas del fideicomiso al menos hasta 2021. Lo que resta, irá al hotel de Bella Vista, que Marcelo Bielsa financió casi en su totalidad. Una vez inaugurado, el club podría vender Ricardone y hacerse de un dinero extra.
En materia de indumentaria, la salida de Adidas y el ingreso de Umbro le reporta mayores ingresos. Pero la ausencia de sponsor en la camiseta le podría hacer perder unos $15 millones por temporada. Por otro lado, el flojo desempeño deportivo llevó a bajar de unos 45 mil asociados a unos 30 mil. Ahora se lanzó una fuerte campaña para incrementar el número.
Todo este contexto trae complicaciones a la hora de armar el plantel, que ahora cuenta con muchos pibes y pocos experimentados. La apuesta es a que una vez que crezca y se consolide el proyecto Mackey, puedan ser vendidos a mejores cifras que los que se fueron.
Televisión
Este año ambos clubes ingresarán $36 millones cada uno en concepto de TV y sponsors de la Superliga, cifra que se irá incrementando en los próximos torneos.
