El flamante director técnico de Rosario Central, Leonardo Fernández, aseguró se siente "con la tranquilidad del deber cumplido".
Fernández, quien venía de ganar el título de la sexta de la AFA con Giovanni Lo Celso y el de la Copa Santa Fe con la reserva, quedó impensadamente al frente de la primera ante la renuncia del uruguayo Paolo Montero tras la eliminación en la Copa Argentina, el torneo que lo sostenía.
Central venía de una racha interminable de 13 partidos sin ganar, ocho en la Superliga y cinco en el torneo anterior, y al "Gordo" Fernández le dieron el interinato con cuatro partidos "chivos". Talleres, de visitante; Boca, de local; Independiente afuera y el clásico en el Gigante de Arroyito.
"Si saca ocho puntos lo confirmamos", avisaron algunos dirigentes "canallas". Lejos de amilanarse, se arremangó, se reunió con sus laderos: el "Cuis" Daniele y "Pirulo" Rivarola y habló con humildad con el plantel.
"Les hablamos con naturalidad y les agradecí a los jugadores porque se portaron como verdaderos profesionales porque no es fácil que jugadores de experiencia hagan lo que les pide un técnico interino que viene de las inferiores. Si quieren te dicen que no y no lo hacen", indicó Fernández la clave de su campaña en estos tres partidos.
Así, Central le ganó a Talleres en Córdoba con gol de Fernando Zampedri, luego bajó al puntero Boca en el Gigante, con un cabezazo de Marco Ruben y el domingo ganó el partido del año, cuando venció a Newell's.
"Estoy muy contento, feliz, porque ganamos el clásico, con todo lo que eso significa para el hincha de Central, y porque estoy en el lugar donde siempre quise estar. Ahora hay que dejar de lado los egos y es tiempo de asumir responsabilidades", comentó a Télam.
"Central no es grande por un presidente que consiguió campeonatos, ni por un jugador que hizo muchos goles ni por un entrenador que logró títulos. Central es grande por su gente y al hincha le tenemos que dar un campeonato porque la gente se lo merece", manifestó Leo.