Vestido con el mismo traje negro que utilizó en la audiencia inaugural del juicio a "Los Monos", el ex comisario Germán Horacio Herrera fue uno de los dos policías imputados que eligieron hablar este jueves ante el tribunal tras los alegatos de apertura.
"Pude haber cometido errores, pero siempre combatí la delincuencia", aseguró en el inicio de su declaración el ex titular del área de Sustracción de Automotores, quien reivindicó su carrera de 23 años en la fuerza hasta el momento en que se lo vinculó con la banda narcocriminal.
Sentado junto a la defensora oficial Florencia Chaumet, a quien le contestó preguntas para hilar el resto de su testimonio, el uniformado consideró que hizo un "trabajo ejemplar" como encargado de la Comisaría 10° hasta 2012 y que pasó menos de tres meses como responsable de la unidad especial policial que quedó bajo la mira del juez Juan Carlos Vienna.
"Desde 2001 vivo en un Fonavi en la zona sur. Nunca tuve casa propia, sólo tengo un Peugeot 306 modelo 98 y lo digo con orgullo", expresó Herrera. Los pormenores de su situación familiar y económica tras ser acusado en 2013 lo llevaron a quebrarse mientras hablaba junto al fiscal Luis Schiappa Pietra, quien lo asistió y le alcanzó un vaso con agua cuando no pudo seguir su relato.
Al igual que Guillermo Cardini, por entonces subjefe de la misma área en la Unidad Regional II, el ex comisario no es considerado miembro de la asociación ilícita pero los acusaron por encubrimiento agravado y cohecho sobre el allanamiento frustrado de una cochera en el Pasaje Juana Elena Blanco al 6100, donde estaban entre otros vehículos la cupé de Claudio Ariel "Pájaro" Cantero. Ambos afrontan una pedido de pena 3 años y 3 meses de prisión con inhabilitación especial perpetua.
Herrera aseguró que su compañero en Sustracción de Automotores le merece "el mayor de los respetos" y negó haber detectado irregularidades en el funcionamiento de las brigadas mientras fue el titular de dicha división. Sobre esta cuestión, reiteró que el auto de alta gama secuestrado en dicho galpón no tenía pedido de captura cuando sus subordinados fueron a inspeccionar el lugar sino que dicho oficio se emitió casi un mes y medio después sin que ellos fuera notificados.
El ex comisario señaló que el magistrado de la causa lo sometió entonces a una "indagatoria arbitraria" y afirmó: "A mí nunca me citaron". A partir de su arresto, debió pagar una caución de 50 mil pesos para empezar a cumplir prisión domiciliaria y recordó entre lágrimas que por entonces había tenido a su segunda hija.
"Me pidieron esa plata sólo porque era jefe. Mi esposa trabaja y tuvo varias operaciones. Sacamos crédito tras crédito y las deudas nos fueron sobrepasando hasta que en agosto de 2017 me declaré en quiebra", reveló el funcionario policial mientras su abogada entregaba copia de dicho documento.
Herrera contó que a sus 45 años quedó desplazado de su actividad en la fuerza y no pudo contener el llanto. Sobre lo que pasó en los últimos cuatro años, repasó: "Limpié una escuela en zona sur, cuidé una fábrica y fui remisero. Cuando se enteran de la causa en la que estoy imputado, el trabajo se termina".