Un efectivo de la policía motorizada fue procesado por asesinar de un tiro a un joven que había robado un comercio de barrio La Guardia, en la zona sur de la ciudad. La jueza que investiga el caso, Delia Pagliari, determinó que no hubo intercambio de disparos como dijo el efectivo en el acta preventiva del hecho, que ocurrió el 11 de noviembre de 2013.
El agente involucrado es Diego Rodríguez. Aseguró que ese día le avisaron que jóvenes habían robado a mano armada en Benito Juárez y Presidente Roca. Tras un breve patrullaje, los agentes dieron con los delincuentes en Gutiérrez al 1600.
Rodríguez dijo haberle gritado que se frenara pero según el uniformado, el joven realizó "varias detonaciones" por lo que el policía efectuó dos disparos. Tras el episodio, al muchacho le encontraron un arma opaca y oscura en el bolsillo y un arma calibre 32 cromada al lado del cuerpo. Las dos estaban cargadas y tenían aptitud para el disparo.
En un principio, Rodríguez declaró que "alcanzó a sacar el arma y respondió la agresión". Y añadió: "Veo que él cae, me abalanzo sobre él y le alcanzo a sacar el arma y se la pateo a un costado, no recuerdo para donde la patee. Empieza a salir sangre de su boca inmediatamente pido auxilio a al ambulancia", dijo Rodríguez.
Al momento de ser indagado, el efectivo precisó que el sospechoso intentaba escapar y no podía reducirlo, para lo cual necesito la ayuda de un agente de apellido Martino para lograrlo. Para la magistrada son dos explicaciones distintas sobre el mismo hecho.
La versión del policía fue desestimada y para la jueza el efectivo disparó unilateralmente. Además, el informe técnico criminalístico de Prefectura Naval destacó que no se probó que ninguna de las armas que llevaba el joven (una de las cuales se presume plantada) hubiera sido disparada.
Pagliari sostuvo que Rodríguez afirmó haber realizado dos detonaciones. El cuerpo del muchacho, de 23 años, recibió un de ellos y el otro dio en una pared. La jueza manifestó que "ambos disparos no fueron disuasivos, y se dirigieron directo al cuerpo" del joven. Testigos también señalaron que escucharon no más de tres disparos cuando, según Rodríguez, el fallecido efectuó también varias detonaciones. Otro dato es que el dermotest aplicado en ambas manos del joven baleado, dio como resultado negativo, lo que implica que no tiró.
Como conclusión, la jueza determinó que "aunque Fredes fuese autor del hecho de robo y se estuviera dando a la fuga hay elementos suficientes para concluir que no se hizo disparo alguno contra el imputado Rodríguez y que el arma plateada y brillante fue plantada con posterioridad".
Rodriguez fue procesado por el delito de homicidio calificado por abuso de su función y agravado por el uso de arma de fuego.