Con el boom del crédito hipotecario, la batalla que se viene es por la altura de las torres

Los constructores reclaman pasar de siete a 10 o 12 pisos. La impulsora del actual Código Urbano rechaza esta posibilidad.

Con el boom del crédito hipotecario, la batalla que se viene es por la altura de las torres
Pelea por construir con más altura en Rosario

Los créditos hipotecarios siguen creciendo en Rosario, donde entre tres y cuatro de cada diez operaciones inmobiliarias se concretan bajo esta modalidad. Ante la escasez de viviendas, y la consecuente suba de las existentes, los constructores reclaman modificar los límites de altura. La impulsora del actual Código Urbano resiste la embestida y niega que sea necesario.

"Desde que se restringieron las alturas, se encareció mucho el precio del metro cuadrado en ciertos lugares", manifestó Carlos Rovitti, titular del Observatorio Inmobiliario. En áreas como el centro, hoy el límite está en siete pisos (23 metros), y consideró que en ciertas calles es posible llevarlo a 10 o 12.

"Para los constructores hay poca diferencia de costos entre hacer un edificio de siete pisos y hacerlo de 12, porque los costos básicos son los mismos", explicó. Y precisamente no es lo mismo dividir el valor total por muchas viviendas que por pocas.

"Es imperioso revisar el límite en altura", resaltó. Entre las calles que ve con potencial para ello mencionó Corrientes, desde Wheelwright a Urquiza y desde Mendoza a Pellegrini; Maipú de Mendoza a Pellegrini; Mendoza desde Oroño a Corrientes, y desde Maipú hasta Necochea.

Freno al reclamo

Por su parte, la ex secretaria de Planeamiento y actual directora del Ente de Coordinación Metropolitana (ECOM), Mirta Levin, rechaza que exista tal necesidad. "Modificar el Código Urbano fue un trabajo que demandó varios años de estudio con profesionales de primer nivel, y que obligó a reformular muchas normas, como para que quieran volver a cambiarlo sin dar muchas razones", manifestó.

En diálogo con Vía Rosario, Levin destacó que para su elaboración se tuvieron en cuenta áreas donde se privilegiaban las casas bajas, otras en las que se buscaba resguardar el patrimonio y también aquellas en las que se potenciaba la construcción.

"No se puede subir la altura en una calle y no en otra como se plantea, porque se perdería la coherencia", sostuvo y agregó: "En su momento los constructores fueron consultados y nunca dijeron que los números no le cerraban con este Código. Es más, no conozco ningún proyecto que se haya frenado por esta razón", dijo.

La arquitecta opinó que no hay razones para una nueva reforma porque precisamente se están logrando los objetivos planteados. "Calles como Oroño se rehabilitaron por completo, otras como Italia y Rioja mejoraron mucho, crecieron los emprendimientos edilicios en avenida Francia, Pichincha se convirtió en el polo gastronómico que habíamos planeado", enumeró.