A más de tres meses de la muerte de Carlos Daniel Orellano, este domingo trascendió el pedido de prisión preventiva para el dueño de Ming, los policías y personal de seguridad identificados en la causa. Además de la evidencia hallada dentro del boliche y los informes sobre la autopsia, la querella advirtió supuestas presiones entre los sospechosos.
Según informó la querella en representación de la familia del joven de 23 años, la investigación en la costanera central rosarina permitió detectar indicios de sangre lavada en el baño del VIP. El titular de la disco, Guillermo Woelflin, había señalado a través de sus abogados que ese sector había estado cerrado la madrugada del lunes 24 de febrero, cuando "Bocacha" fue visto con vida por última vez.
A la espera los resultados del análisis forense por parte de la Corte Suprema de la Nación, los abogados Salvador Vera e Irina Picard también solicitaron otras medidas probatorias en paralelo con la actuación del fiscal Patricio Saldutti. Según publicó Rosario/12, los letrados creen que en el Centro de Justicia Penal hubo acciones para torcer las declaraciones de la pareja de policías apuntados como responsables de la muerte del muchacho.
"Tu señora está medio nerviosa y está haciendo cualquiera, espero que ahora cuando pases vos, no", recordó haber oído el subinspector Gabriel Nicolosi de parte de un hombre no identificado que se acercó mientras entrevistaban a su compañera. Eso ocurrió el día después de la desaparición de "Bocacha", pero no fue el único diálogo llamativo. También contó que el encargado de seguridad de Ming le advirtió luego: "Mirá que están las cámaras, decí las cosas que pasaron".