Forman parte de los 20 mil argentinos varados en el exterior, aunque exponen una situación de desamparo de la que parece que la Cancillería no se hace cargo. Se trata de los rosarinos Juan José Duarte y Nicolás Lloret, que no pueden regresar de Tailandia y denuncian que la embajada argentina en Bangkok cerró sus puertas.
Ya no saben más qué hacer y solo buscan una certeza. "Queremos saber cuándo nos van a dejar volver. De esa forma vamos a poder administrar nuestros gastos", imploró Juan José en contacto con Vía Rosario, desde el departamento que alquilan en la capital tailandesa desde que Argentina cerró sus fronteras y no pudieron hacer uso del ticket de retorno que ya tenían adquirido.
"Nosotros llegamos el 7 de marzo, cuando no había casos positivos a una Tailandia que tenía una curva de contagios planchada hace semanas, el problema global se precipitó mientras nosotros estábamos de vacaciones y para cuando llegamos al aeropuerto el 30 de marzo, nos confirmaron que nosotros no podíamos volver ya que nuestro país había cerrado sus fronteras", relató el joven dedicado a la fotografía. Desde entonces empezó la pesadilla.
El vuelo de retorno iba a ser con la empresa Ethiopian Airlines, que no los dejó subir debido a que el vuelo que originalmente tenía destino final en Ezeiza con escala en San Pablo, para esa fecha terminaba en Brasil debido a las restricciones impuestas por Argentina.
"Brasil no autorizaba a quedarnos ya que no teníamos modo de continuar vía aérea. Quedamos presos de una decisión administrativa y sin respuestas", sumó.
Los jóvenes aseguran que a partir de organizarse de forma autónoma lograron censar cuántos argentinos se encuentran hoy en Tailandia buscando regresar. "Somos 450 los que estamos acá, pero el cálculo lo hicimos nosotros. La embajada nunca con censó", indicó Juan José, de 30 años, que expuso que la sede diplomática prometió ayuda y entrega de medicamentos a sus compatriotas pero nada de esos sucedió.
"La embajada, que era nuestro único espacio para exponer lo que nos sucedía, cerró sus puertas y solo se comunican con nosotros por mail. Es mentira que nos estén cuidando. Hasta el listado de hospedajes económicos que nos ofrecieron estaba mal hecho. Conseguimos por medios propios un cuarto barato donde dormir", expuso.
Como tantos otros argentinos, la idea de Juan José y Nicolás era la de pasar unos días de descanso. "Yo ahora estoy pagando mis gastos acá y también mi alquiler en Rosario. La situación es desesperante", planteó Duarte.
Con el pasaje de regreso todavía abierto, lo que piden los dos rosarinos es que la autoridad aeronáutica autorice a la empresa Ethiopian Airlines a aterrizar en Buenos Aires. "Nosotros tenemos chances de volver ya la línea aérea sigue operando, es Argentina la que no deja aterrizar", puntualizaron.