El entrenador de Rosario Central, el uruguayo Paolo Montero, admitió este sábado que le quedó "un sabor amargo" al término de su primera etapa al frente del equipo por no haber logrado la clasificación directa para la Copa Sudamericana 2018.
"Te queda un sabor amargo porque nuestro objetivo era clasificar a la Sudamericana. Así y todo, desde mi punto de vista se hizo un buen semestre. Ahora hay que seguir trabajando porque este es prácticamente un equipo nuevo y hay que traer jugadores para reforzar la columna vertebral. Ya nos juntaremos con los dirigentes para buscar lo mejor y ser competitivos el próximo semestre", expresó Montero en conferencia de prensa.
Fueron horas agitadas para Central por las emociones desmedidas que deparó la inesperada partida de Javier Pinola a River Plate, que pagará la cláusula de rescisión de su contrato.
La barra brava amenazó al defensor en Rosario con pintadas y gomas de auto incendiadas en el colegio al que asistían sus hijos, mientras que el presidente del club, Raúl Broglia, el viernes llegó a declarar que a su par de River, Rodolfo D'Onofrio, "hay que quemarlo en una plaza pública" por la forma en que se maneja en los mercados de pases, más allá de que luego lo llamó por teléfono al titular de los Millonarios para disculparse y hasta recurrió a los medios de comunicación tratando de enmendar su gravísimo error.
"No voy a opinar del tema de Pinola. Fue una sorpresa, pero es una decisión de él. Ya son adultos y deciden de esa manera", argumentó Montero en declaraciones recogidas por DyN.
En cuanto a los próximos refuerzos del plantel, el director técnico adelantó que precisa fundamentalmente un zaguero izquierdo y un volante central para que compita con Mauricio Martínez.
