En el fútbol se respetan las cábalas, eso es sabido. Los rituales se repiten una y otra vez si los resultados son buenos. Lo que nadie imaginaba es que Boca y River comparten una desde hace años que involucra a un músico santafesino.
Se ha escuchado de directores técnicos que usan una misma una vestimenta o prohiben que se escuchen canciones de Marc Anthony. También hay jugadores que ingresan últimos a la cancha o besan un crucifijo.
En el caso de Boca y River tiene que ver con un folclorista santafesino que se acerca a las concentraciones para llevar buenos augurios mediante su música.
Gustavo "Pájaro" Lietti actuaba en las concentraciones de la época dorada xeneize ya que es compadre de Leonardo Ponzio y ahora hace lo mismo en el exitoso ciclo millonario y este lunes estuvo en el asado íntimo del plantel.
El hombre oriundo de Oliveros es de los pocos que puede jactarse de haber sido parte de "la cocina" de dos de los equipos más recordados de las últimas décadas: el Boca de Carlos Bianchi y el River de Marcelo Gallardo.