La jueza chubutense, protagonista de la escandalosa filmación en la cual besa a un preso condenado a prisión preventiva, habló en vivo en TN para aclarar lo ocurrido. Aseguró que todo fue una investigación periodística para escribir un libro.
“No nos estábamos besando -sostuvo Suárez-, estábamos charlando de cerca, no tengo ninguna relación con él, solo una relación laboral”. Dijo que el video llama la atención ya que estaba sentada en el piso hablando con él y “humanizando” al hombre porque ella “es descontracturada”.
Tras asegurar que Cristian “Mai” Bustos, el acusado, no es inocente, explicó que las intenciones de la charla descansan en que la magistrada quiere escribir un libro sobre el recluso, le interesa su historia por ser “muy particular” y tener “condimentos”.
Insistió en que su única relación con el hombre es laboral, ella misma fue quien lo condenó a prisión preventiva, pero aún así tuvieron la entrevista y seguirá adelante con el proyecto. En base a sus palabras, ese era la primera vez que se veían y tenían contacto.
“No sabíamos si la cámara que teníamos al frente nos escuchaba”, afirmó, luego agregó: “entonces teníamos que delimitar el tipo de conversación que teníamos”. Con los otros detenidos no tuvo este tipo de conversaciones debido a que no le interesa sus experiencias.
Bustos le contó cosas personales y le mostró sus tatuajes. La charla no fue acerca de su causa por homicidio, la jueza aclaró que no puede ni quiere publicar esa información. Su libro se basaría en la vida de él, la represión policial y la limpieza de la escena del crimen.
El periodista del medio televisivo cuestionó su accionar, y en su defensa Suárez contestó: “no puedo responder a la sed de justicia, yo ya cumplí mi rol de afianzarla, cumplí bien mi rol”.
¿La jueza Mariel Suárez puede tener consecuencias?
Insistió en que ella cumplió con su papel de jueza, que su accionar no es malo y estaba desarrollando “un rol de académica”. Asimismo, dijo que Bustos estaba contento y emocionado con el proyecto.
Años atrás fue destituida por mal desempeño de su cargo, y tras un fallo a su favor en 2015 volvió a ser magistrada. La protagonista del escándalo sostuvo que fue por una cuestión política, de presiones y órdenes sobre cómo hacer sus tareas. “Es difícil ser jueza”, finalizó.