En lo que va de 2023 se realizaron en el Hospital Público más de 500 consultas mensuales. Todos los días ingresan casos de intoxicación por sustancias psicoactivas ilegales, ingestas medicamentosas o abuso de psicofármacos. Son tratados por un equipo de profesionales de la psiquiatría, la psicología, la neurología y el trabajo social que realizan guardias pasivas. Se brinda atención de urgencia y, además, internación, consultorio y acompañamiento terapéutico. Pacientes que buscan “soluciones rápidas” con pastillas sin sostener tratamientos en el tiempo son una constante y una señal de la época.
La salud mental es un aspecto clave del bienestar personal y un gran desafío de estos tiempos. Buscamos compensar satisfacciones con obligaciones impuestas o asumidas por nosotros mismos, asociadas a gastos que crecen o tiempos que no alcanzan. La frase “no sé lo que quiero, pero lo quiero ya” nos siembra ansiedad. Todo puede mezclarse con soledad, violencia, vértigo, hiperconectividad e incertidumbre. Buscar una salida nos pone frente al riesgo del consumo de drogas (incluidos el alcohol y los psicofármacos) como una solución mágica para aliviar la angustia y entonces, comienza un círculo peligroso. Para recuperar la calma, necesitamos ayuda profesional.
La mayoría de las consultas que recibe el área de salud mental del Hospital SAMCo “Dr. Jaime Ferré” son pacientes de entre 20 y 40 años. Son atendidas por un equipo multidisciplinario que, a su vez, trabaja en conjunto con los Centros de Atención Primaria (CAPs). Esto permite un abordaje integral de cada situación que puede ser de urgencia o en consultorio y puede derivar en una internación o en una derivación a una comunidad terapéutica. Sólo en estos primeros 3 meses de 2023 se realizaron 182 atenciones en psicología de adultos; 623 en neurología de adultos y 25 en neurología infantil; y 721 en psiquiatría, lo que representa más de 500 consultas mensuales.
“La gente busca tratamientos breves y, sobre todo, pastillas. Se pretende una medicación que le resuelva rápidamente el problema. Desde la salud mental, se busca que las y los pacientes se ayuden con la terapia mediante un trabajo en conjunto entre psiquiatría y psicología. La mayoría lo toma un tiempo hasta que sale de la situación crítica y luego lo deja y sigue con la medicación.”, describe la médica psiquiatra Sandra Manassero, referente del área en el Jaime Ferré.
Guardia, tratamiento y acompañamiento
La salud es una sola y como tal, la salud mental no debe atenderse de forma diferente de la física. Como comunidad es muy importante comprender que no hay que aislar a las personas que padecen estos problemas. Los estigmas agravan la situación. Escuchar y acompañar a quienes sufren enfermedades mentales y a sus familias es una buena forma de contribuir a recuperar la salud. Saber que curar y sanar es posible es el primer paso para volver a sonreír.
Si la persona que necesita ayuda acude a urgencias, el médico de guardia tiene a disposición especialistas en psiquiatra en modalidad de guardia pasiva, a quienes puede convocar si la situación lo demanda. Todos los días hay un ingreso por una situación de consumo problemático o de ingesta medicamentosa. Este es uno de los motivos más importantes junto a otros cuadros de padecimiento subjetivo como las crisis de ansiedad o los conocidos como “ataques de pánico”.
En la guardia, el profesional de la salud mental evalúa al paciente y determina si requiere una internación o si es un caso para dar de alta y comenzar un tratamiento. Si tiene un o una psiquiatra de cabecera, se hace la referencia para hacer un seguimiento posterior. Además, se trabaja articuladamente con profesionales de los CAPs que, por estar en el territorio, en ocasiones conocen mejor al paciente y a la familia, lo que permite un abordaje integral.
“Desde hace unos meses, este abordaje integral sumó el trabajo de una Licenciada en Trabajo Social lo que permite ampliar la mirada sobre la vida del o de la paciente para tener más información referida al entorno social y afectivo. Esto permite, también, trabajar junto a las familias, que a veces no saben qué hacer o tienen dudas sobre cómo involucrarse. Esto es muy importante para el tratamiento que se indica”, informó Manassero.
En los casos de consumo problemático de sustancias psicoactivas, el área de Salud Mental del “Jaime Ferré” busca implementar un dispositivo que incluya el seguimiento de un o una psiquiatra y un psicólogo que, a su vez, se contactan con espacios como el DIAT para ofrecer formación laboral o actividades recreativas. Eventualmente se plantea un acompañamiento terapéutico si la situación lo amerita. En caso necesidad de sostener la abstinencia, se recurre a comunidades terapéuticas. Los caminos son múltiples y la solución suele no caber en un blíster de pastillas.