Un puñado de rafaelinos se plegaron a la movilización en contra del gobierno nacional y en rechazo al fallo de la Corte Suprema de Justicia, sobre el traslado de los jueces Bruglia y Bertuzzi, autodenominada 8N.
A diferencia de la última marcha, en donde sí había sido convocante, en este caso, fue poco convocante. El mal tiempo reinante (lloviznaba al horario pautado) quizás boicoteó la consigna.
Al igual que en anteriores movilizaciones, algunos se apostaron en la vereda norte de la Plaza 25 de Mayo, con banderas argentinas, y festejaban el paso de camionetas y autos que giraban por la rotonda, tocando sus bocinas.