Es por eso que desde CAME piden una transferencia del sistema financiero al productivo a través de tasas diferenciales para las micro, pequeñas y medianas empresas, quita de comisiones por depósitos en efectivo y medidas que incentiven a las pequeñas y medianas empresas, que sostienen el 70% del empleo en el país como así también de los servicios públicos sabiendo de la notoria ganancia de los bancos.
Las subas en las tasas de interés de mercado de los últimos meses impulsaron un aumento preocupante en los costos financieros que cobran los bancos y las compañías financieras a empresarios y consumidores (el costo financiero total para el usuario de tarjetas supera el 100% en la mayoría de los bancos – el Ahora 12 pasó de ofrecer en cuotas sin interés en su inicio, a un costo financiero total superior total al 70 % en la actualidad).
En total, en los últimos 3 años los bancos sumaron más de $ 300.000 millones, mientras que los datos oficiales indicaron el cierre de 2.221 empresas en 2016 y 2.566 en 2017.
Los dirigentes empresarios continuarán accionando para hacer oír la voz de las pequeñas y medianas empresas de la región y su preocupación ante la realidad cada vez más perjudicial para las Pymes.