Ante la difícil situación económica que atraviesa el país, la clientela dejó de aparecer por el comercio, que está ubicado a pocas cuadras de la plaza central.
Por lo que Federico, comenzó a llevar la mercadería que ya no estaba para vender a su casa y el resto la tiraba a la basura. Es así como se le ocurrió la idea de poner un cajón afuera del local, con la verdura que ya no está para vender pero que aún se puede consumir sin necesidad de pagarlo.
Conocedor del rubro gastronómico, sabe que hay mucha mercadería que se tira y que todavía puede ser consumida.
González manifestó, "lo pusimos hace una semana y viene gente todos los días". Él trata de tener siempre algo en su cajón solidario. La gente que se acerca a la verdulería y lee el cartel, queda sorprendida ante el gesto. Muchos eligen lo que necesitan y luego se marchan con una enorme sonrisa de agradecimiento.
"No se llevan todo, solo lo que necesitan. Ellos saben que hay más gente que lo puede necesitar. La gente necesitada es más respetuosa que otras que no lo están", comenta.
Ser el dueño de su propio negocio, le permite tomar decisiones como éstas, que ayudan a los demás.