Tras 22 años del crimen de Natalia Melmann, la adolescente de 15 años asesinada en 2001 en Miramar, se anunció el veredicto del segundo juicio contra el exsargento de la Policía Bonaerense, Ricardo Panadero. l Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N.º 4 de la ciudad de Mar del Plata lo condenó por unanimidad a prisión perpetua.
Inicialmente, Panadero había sido sobreseído en 2002 antes de que la causa fuera llevada a juicio, donde los oficiales Ricardo Suárez, Oscar Echenique y Ricardo Anselmini fueron condenados a prisión perpetua. Sin embargo, esta decisión fue revocada más tarde por la Corte Suprema, y en 2018 Panadero fue finalmente juzgado, resultando absuelto.
No obstante, el fallo fue apelado por la fiscalía y la familia de la adolescente. En 2019, la Sala III del Tribunal de Casación bonaerense anuló dicha absolución y ordenó la realización de un nuevo proceso.
En este segundo juicio, el exoficial enfrenta cargos por “privación ilegal de la libertad agravada, abuso sexual agravado y homicidio triplemente calificado por ensañamiento, alevosía, en concurso con dos o más personas para procurar su impunidad”.
Después de la primera audiencia del nuevo debate, los padres de Natalia Melmann reiteraron su demanda de justicia para su hija de 15 años en una entrevista con TN, expresando su esperanza de que Panadero sea condenado: “Hace 22 años que lo hemos estado encontrando en el pueblo”.
Cómo fue el femicidio de Natalia Melmann
El 4 de febrero de 2001, Natalia Mariel Melmann, una joven de 15 años, regresaba a su hogar después de salir a bailar en Miramar. Alrededor de las 7 de la mañana, un grupo de policías la interceptó y, luego de golpearla, la obligaron a subir a un vehículo policial.
Posteriormente, fue trasladada a una precaria vivienda ubicada en el barrio Copacabana, en las afueras de la ciudad. Allí, sufrió torturas, violación y fue estrangulada con el cordón de su propia zapatilla.
Durante los cuatro días de su desaparición, no se tuvo noticias de Natalia. Sus familiares y amigos la buscaron junto con las fuerzas de seguridad, sin sospechar que la propia policía había participado en el horrendo crimen que conmocionaría a todo el país.
Finalmente, el 8 de febrero, su cuerpo fue descubierto enterrado bajo un montículo de hojas secas en el vivero “Florentino Ameghino”. Se presume que el cadáver fue abandonado allí el mismo día del asesinato y fue encontrado por un joven que paseaba por la zona.
El cuerpo presentaba contusiones en los muslos, quemaduras de cigarrillos en la mano izquierda, una fractura en el tabique y un fuerte golpe en el cráneo. La autopsia reveló la presencia de cinco perfiles genéticos diferentes y confirmó que, después de haber sido sometida a tortura y violación, fue asfixiada con el cordón de su propia zapatilla, el cual estaba atado alrededor de su cuello con un nudo doble.
En la investigación subsiguiente, se condenó a prisión perpetua únicamente a tres de los policías responsables: Echenique, Anselmini y Suárez. También se impuso una condena de 25 años de prisión a Gustavo Fernández, conocido como “El Gallo”, por haber sido considerado la persona que entregó a Melmann a sus asesinos. Sin embargo, fue absuelto de los cargos de coautor del homicidio. Actualmente, es el único que se encuentra en libertad y reside en Miramar, desempeñándose como albañil.