En el marco del Congreso Transformador por su Palabra que se llevará a cabo el próximo viernes, Javier Rodríguez, pastor evangélico señalado por casos de abuso sexual, tendrá un rol destacado como predicador en la sede de la iglesia Jesús Puede Hacerlo en Posadas.
Este evento, ubicado en la avenida Trincheras de San José, contará con plenarios durante todo el sábado y espera recibir a numerosos asistentes interesados en explorar la transformación personal a través de la enseñanza religiosa.
Javier Rodríguez había renunciado a su posición como pastor de la iglesia “Jesús puede hacerlo” tras un escándalo que involucra denuncias de recaudación millonaria, abuso sexual y adulterio. La Alianza Cristiana Misionera Argentina (ACMA), institución matriz de la iglesia, informó de su renuncia en una nota dirigida a los pastores de la Alianza Argentina.
El caso se inició con una denuncia presentada ante la justicia por presunto abuso sexual, seguida por dos denuncias adicionales por adulterio en contra del pastor. Las alcanzaron también a su esposa, la pastora Romina Marín, quien asumió temporalmente el liderazgo de la iglesia tras el desplazamiento de Rodríguez.
La víctima que brindó su testimonio al periódico El Diario relató el proceso de denuncia y expresó su descontento con la falta de respuesta por parte de la iglesia. Además, revelarán situaciones de presión y manipulación ejercidas por el pastor, incluidos toquemientos y comentarios inapropiados. Ante la falta de atención por parte de la Alianza Cristiana, la denuncia fue presentada ante la Secretaría de la Mujer y posteriormente derivada a la justicia penal.
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En medio de estas afirmaciones, surgieron denuncias cruzadas entre dos mujeres, una de las cuales acusa a una ex boxeadora de presenciar un supuesto tocamiento sin intervenir. Las investigaciones judiciales siguen en curso.
A pesar de su renuncia, se ha comprobado que Javier Rodríguez continúa predicando en otras localidades, como Olavarría y la provincia de Misiones. Este escándalo ha generado un fuerte impacto en la comunidad evangélica y ha puesto en tela de juicio la actuación de las autoridades religiosas frente a este tipo de denuncias.
