Una misionera de tan solo 22 años se convirtió en la chofer de colectivos de larga distancia más joven de la Argentina, desafiando los estereotipos de género en el rubro. Se trata de Micaela Rodríguez, quien actualmente trabaja para la empresa Crucero del Norte y que ya ha manejado hasta Asunción, Villa La Angostura, Iguazú y Buenos Aires.
Micaela compartió su historia de superación en un ámbito dominado tradicionalmente por hombres. Esta mujer, quien comenzó como la única camionera entre 138 conductores, relató cómo logró abrirse paso en la industria del transporte nacional e internacional.
Desde temprana edad, Micaela se sentía atraída por la imponencia de los vehículos de gran porte, pero nunca imaginó que podría convertirse en camionera. Sin embargo, recibió los cursos y capacitaciones necesarios para desempeñar esta labor, convirtiendo así su sueño en una realidad.
“A los 20 años empecé a trabajar en el área de orientación de transporte urbano, siempre observando a los choferes. A los 21 años obtuve mi licencia de categoría 3 para conducir camiones. Sin embargo, dejé esa actividad porque estaba lejos de mi hijo. Fue entonces cuando me acerqué a esta empresa con la intención de trabajar como guarda, pero me informaron que estaban buscando a alguien para el transporte de pasajeros”, relató Micaela.
A pesar de no contar con la licencia correspondiente en ese momento, decidió presentarse a la entrevista y fue gratamente sorprendida. La empresa le brindó la oportunidad de conocerla y le proporcionó todas las capacitaciones necesarias para obtener su carnet. Desde entonces, Micaela se ha convertido en la conductora más joven de Argentina, llevando a cabo trayectos hasta destinos como Asunción, Villa La Angostura, Iguazú y Buenos Aires.
Si bien ha recibido un gran apoyo por parte de la empresa para la que trabaja, Micaela señala que existen compañías que aún mantienen actitudes machistas y no creen en las capacidades de las mujeres para desempeñarse en este ámbito.
“La gente dice que es un trabajo de hombres, nosotras somos 9 mujeres que hacemos el mismo trabajo que los hombres”, enfatizó.
Micaela también compartió cómo la percepción de la gente cambia cuando descubren su verdadera ocupación. Al principio, muchos la confunden con una azafata, pero a medida que avanza el viaje, la gente se acerca a ella, se hace amiga y, en ocasiones, incluso le solicitan viajar junto a ella. Recibe felicitaciones, le piden tomarse fotos y, en algunas ocasiones, la invitan a compartir una comida.
Una de las cosas que más disfruta Micaela de su trabajo son los paisajes que tiene la oportunidad de contemplar. “Yo me siento plena cuando voy manejando, veo el paisaje, veo el amanecer y el atardecer. A mí me gusta mucho manejar, además. Disfruto de lo que hago. Cada viaje yo lo hago con disfrute”, afirmó.
Con respecto a las mujeres interesadas en incursionar en este campo, Micaela les envía un mensaje de aliento: “Esta empresa en la que estoy me brindaron ayuda, capacitaciones, los compañeros me re acompañaron, no te dejan sola, yo también tenía miedo al principio pero la empresa me dio mucho apoyo. Quiero transmitir que no están solas y que todo se aprende. Te tiene que gustar esto, tenes que pedir apoyo y capacitación a las empresas que quieras ingresar”.
La historia de Micaela es un ejemplo inspirador de cómo el coraje, la determinación y el apoyo adecuado pueden derribar barreras y abrir nuevos caminos en sectores dominados por estereotipos de género. Su valiosa experiencia seguramente servirá como motivación para otras mujeres que deseen desafiar las convenciones y buscar oportunidades en cualquier campo de trabajo que elijan.
Fuente: RADIO MÀXIMA