Dylan, el niño que superó todos los pronósticos médicos

Al nacer le diagnosticaron que no podría ver, caminar y hablar, sin embargo participó de una fiesta anual de educación física en Puerto Iguazú.

Dylan, el niño que superó todos los pronósticos médicos
Dylan en la fiesta de Educación Física de su colegio\u002E

Dylan, un niño de seis años del Instituto Adventista de Puerto Iguazú emocionó a la comunidad educativa al poder participar de la Fiesta Anual de Educación Física. Nació con hidrocefalia, una acumulación de líquido adicional que aumenta la presión en el cerebro y podría causarle daño cerebral. Además padece de mielomeningocele, una enfermedad en la columna vertebral que inutiliza sus extremidades y no le permite controlar la esfínter.

Dylan junto a su maestra en la Fiesta Anual de Educación Física. (Foto: El Territorio)
Dylan junto a su maestra en la Fiesta Anual de Educación Física. (Foto: El Territorio)

Cuando nació, el médico le dijo a su madre, Joana Barrionuevo que "tu bebé no va a hablar, no va caminar, no va a ver". La mujer contó: "No me dieron esperanzas de nada, a los pocos días de nacido fue intervenido quirúrgicamente. Dylan tiene la válvula en la cabeza para controlar la hidrocefalia y después le retiraron las protuberancia en la columna por mielomeningocele". Consultó con varios especialistas en la materia, la mayoría del Brasil, "nadie me daba esperanzas", explicó.

Sin embargo, Dylan habla, camina y no perdió el sentido de la vista, al llegar a edad escolar, Joana fue a un neurólogo que le recomendó ser enviado a una escuela especial. "Yo quería que Dylan vaya a la escuela normal porque él es inteligente, pero el neurólogo me dijo que él era un nene para estar sentado jugando en una escuela especial, me dijo que era lo mejor para él. No acepté ese diagnóstico", expresó la mamá.

Barrionuevo relató que en la primera escuela a la que fue no quisieron hacerse cargo porque el chico usa pañales. "Me dieron muchas vueltas, porque la mielomeningocele le ha quitado el control de sus necesidades, él no siente". Finalmente, se acercó al Instituto Adventista y allí "me abrieron las puertas sin ningún tipo de problemas y Dylan este año termina salita de 5 y empezará primer grado el año que viene", explicó. El niño pudo continuar con sus estudios y asistir a clases gracias a Mayra Boico, su maestra integradora. El Instituto Adventista actualmente tiene 31 niños y niñas integrados en todas las actividades del establecimiento educativo.

Antes de que el evento anual de Educación Física comience, Barrionuevo detalló que "no lo iba a llevar porque su maestra integradora no podía estar presente y soy tímida para pararme adelante, pero la maestra Betina Kaelin acompañó en todo momento a mi hijo durante la presentación". Y agregó: "Fue muy emocionante verlo bailar y disfrutar de eso, porque él estaba muy entusiasmado con la actuación". Por último, Joana destacó "el amor y la dedicación de los profesionales que tiene la institución, todos conocen a Dylan, lo cuidan y lo ayudan a superarse".

Anualmente operan al menos a seis niños por mielomeningocele

Esta enfermedad es causada por el uso de agrotóxicos que provocan malformaciones congénitas. En Misiones, el médico Hugo "Buby" Gómez Demaio denunció en sus investigaciones de 1987 la vinculación entre los plaguicidas y las deformaciones. Si bien la provincia no cuenta con estudios que respalden la teoría científica de doctor, en el Hospital Pediátrico Fernando Barreyro operan hasta cinco casos con mielomeningocele. Este "defecto de nacimiento" provoca que no haya conexión neural y los huesos de la columna no se forman en su totalidad.

Los pacientes provienen de la zona del Alto Uruguay, donde se encuentran la mayor cantidad de cultivos del tabaco en la provincia. El neurocirujano infantil, Mario Barrera explicó: "Como médico no puedo decir que es por culpa de los agrotóxicos porque no tengo la prueba científica pero, sí afirmo que los casos son moneda corriente en Misiones y los pacientes vienen de la costa del Uruguay y de Oberá".

"Estos casos se operan a las seis horas de recién nacido. Operamos de tres a cinco y hasta seis casos por año. La cirugía sólo repara anatómicamente", dijo el especialista. Respecto a la falta de control en el aparato excretor y urinario, Barrera afirmó que "el chico no siente la necesidad. Esto trae otros problemas, como ser infecciones urinarias. Cuanto más baja la lesión, mejor el pronóstico. En algunos casos el chico no puede caminar. Son chicos intelectualmente normales, pero con dificultad motora". Según publicó El Territorio.