La misteriosa muerte del gendarme Pablo Damián Torrilla, cuyo cuerpo fue hallado el pasado 28 de mayo con un disparo en el mentón, sigue dando que hablar.
La familia del subalférez, que apareció sin vida en un descampado cercano al Acceso Sur de Posadas, no cree en la versión oficial que habla de un suicidio y deposita todas sus sospechas en el alto mando de Gendarmería Nacional.
"Me acerqué hasta el escuadrón donde me destrataron y no me brindaron ningún tipo de explicación", denunció su madre, Patricia Diel, en diálogo con El Territorio.
"Mi hijo buscaba combatir el narcotráfico. No había indicios por parte de Pablo que indicaran que quería terminar con su vida", añadió la mujer. Estos dichos coinciden con lo expresado recientemente por el padre y la viuda del uniformado fallecido.
Una de las principales razones que genera suspicacias en torno al hecho es que todo ocurrió mientras Torrilla estaba al frente de un patrullaje, en un vehículo oficial, junto a otros tres camaradas. En aquel momento, sus compañeros afirmaron que el subalférez se había dirigido en solitario hacia un malezal y minutos después se había escuchado una detonación.
