Con la muerte de un hombre en Irigoyen, cuyo asesino huyó y cruzó la frontera hacia Brasil, esta zona limítrofe con Brasil ha sido sacudida por tres crímenes en los que mucho tiene que ver la facilidad de trasponer el límite de la Argentina. Y también entraría en juego la escasa cooperación de fuerzas policiales del país vecino.
En dos semanas se registraron las muertes de un joven de 20 años muerto a golpes en Brasil y arrojado como un despojo del lado argentino de la frontera; la de Sonia Cerpa (40) masacrada a cuchilladas por su expareja prófugo de la justicia brasileña; y la de un hombre que ahora fue muerto a balazos por un brasileño que huyó a su país.
La nueva víctima es Diego Jara (40) baleado en la noche de este domingo frente a su casa en el barrio Obrero de Bernardo de Irigoyen. Fuente policiales dieron a conocer que el hecho ocurrió alrededor de las 20:45 del domingo, cuando en el lugar se escucharon varios disparos.
Diego fue rápidamente asistido y trasladado el hospital local, pero debido a las graves heridas en el tórax murió poco después. El homicida, con quien habría discutido, sería de nacionalidad brasileña y huyó hacia el país vecino.
El homicidio de Gerónimo Ferreira Lima (20) se suma a la lista. Hace 14 días fue golpeado hasta dejarlo moribundo en Brasil y luego arrojado desde un auto por encima de la frontera seca a suelo argentino. Falleció luego de estar cinco días internado y su familia reclama que autoridades argentinas efectúen un reclamo ante sus pares brasileñas.
La jueza federal Nuria Allou envió el cadáver a Posadas, para que le realicen una autopsia. La magistrada haría un pedido formal a la justicia brasileña para establecer quiénes golpearon a Gerónimo y lo dejaron al borde de la muerte.
Otro caso horroroso fue el asesinato de Sonia Cerpa. Habría mantenido un breve idilio con el brasileño Valdir Prestes Barbosa, quien la mató a cuchilladas. Luego se ocultó en el monte durante 6 días y fue apresado finalmente este domingo en Piñalito Sur, sobre la Ruta Nacional 14. Había huido de una cárcel de Brasil donde purgaba una condena por abuso sexual. Y, según su propio relato, era buscado en Chile, por un delito que no precisó. Le dicen "El Cuerero" por su habilidad para moldear cueros con su cuchillo.