En la región que comparten Argentina y Paraguay no hay jornada de trabajo o de descanso y fiesta en que no esté presente la chipa, un tradicional bollo hecho de almidón de mandioca, leche, queso, sal, aceite, sal y grasa vegetal. Y más en los días de lluvia en los que acompaña las mañanas y las tardes de mateada entre los misioneros, correntinos y formoseños, además de los habitantes de todo Paraguay.
El país vecino celebró este viernes su Día Nacional de la Chipa, y en Asunción se vendió para ayudar a centros comunitarios que atienden a más de 5.000 niños y adolescentes de escasos recursos según informó la agencia española Efe.
En Coronel Bogado, cercano a la vecina Encarnación se vivió una jornada especial que continúa este fin de semana, porque se trata además de la Capital Nacional de la Chipa. Recientemente el orgullo nacional paraguayo se sintió tocado cuando la UNESCO le atribuyó a la chipa nacionalidad argentina. Por eso el Congreso de Paraguayo dispuso el Día Nacional de la Chipa el segundo viernes de agosto y la declaró de interés nacional y patrimonio culinario de Paraguay.
Algunos estudiosos ubican el origen de la chipa en las Reducciones Jesuíticas, los pueblos creados para reunir a los nativos guaraníes por la Compañía de Jesús desde el siglo XVII en Paraguay y pueblos de Argentina y de Brasil. Coronel Bogado está inscripta y reconocida por la Dirección Nacional de Propiedad Intelectual (Dinapi) paraguaya, como Capital Nacional de la Chipa, su principal industria.
Chiperos de Coronel Bogado, en el sureño Departamento de Itapúa vecino a Misiones y corrientes, comenzaron a amasar y hornear chipas para que los transeúntes se sumaran a este "Día nacional de nuestra chipa solidaria por la niñez", por 5.000 guaraníes la unidad, menos de 1 dólar al cambio local.