Un Presidente atrapado en la pelea con la Justicia que no resuelve la inflación

Lejos de plantear un escenario que modere las expectativas inflacionarias, Alberto Fernández apostó por renovar sus cuestionamientos contra el Poder Judicial.

Un Presidente atrapado en la pelea con la Justicia que no resuelve la inflación
Alberto Fernández no dio precisiones claras sobre cómo piensa combatir la inflación. Foto: Federico López Claro.

Alberto Fernández plasmó en su discurso para abrir el período de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación su incapacidad para construir expectativas, algo esencial para la política y más aún en la antesala de una elección crucial para el futuro de la Argentina, y demostró que permanece en el laberinto de los conflictos que solamente alimentan la narrativa de los sectores más duros del kirchnerismo.

Alberto Fernández abrió su última sesión del Congreso durante su gestión. Foto: Federico López Claro.
Alberto Fernández abrió su última sesión del Congreso durante su gestión. Foto: Federico López Claro.

El Presidente optó por renovar sus críticas contra el Poder Judicial, y en especial contra la Corte Suprema de Justicia, para potenciar una pelea que nada tiene que ver con el gran drama que aqueja a los argentinos, como lo es el de la indómita inflación.

Fue lo que sobresalió del minucioso y denso repaso de gestión que hizo durante dos horas, en el que no hubo grandes anuncios.

Las menciones contra el mundo judicial le pusieron condimento a la Asamblea Legislativa porque motivaron los gritos cruzados, el show ya conocido de la grieta que tanto capitalizan en el Frente de Todos y en Juntos por el Cambio.

Pero el largo tramo (acaso el más fragoroso) del discurso presidencial dedicado a cuestionar la Corte Suprema y la relación impropia de la oposición con distintos estamentos de la Justicia no alcanzó para licuar el vacío de las seis menciones hechas a la inflación, por lejos, la gran preocupación que cruza a la sociedad.

En esas breves referencias al problema no hubo mensajes superadores. No se escuchó nada que permita vislumbrar el fin de la imparable carrera de los precios, que terminó el 2022 con un salto acumulado del 94,8% y que se aceleró en el arranque del año para adoptar un ritmo del 6% mensual.

Los números confirman que las medidas que instrumentó el ministro de Economía, Sergio Massa, tampoco consiguen moderar los ánimos de los formadores de precios y promover una desaceleración.

Vuelve a ser irreal la proyección oficial (del 60% para 2023) y los analistas privados calculan que los precios repetirán la carrera del año pasado.

El ciudadano común no encontró en las 14 mil palabras del discurso una señal del Gobierno que aliente expectativas ciertas respecto a un alivio de su situación salarial y el agobio que supone el aumento casi diario de los precios en todos los niveles de consumo.

Sin ofrecer caminos para superar la adversidad, el Presidente buscó refugio en las excusas.

“Puedo hablar con ustedes francamente de la pobreza, de la inflación, de la inseguridad y de los bajos ingresos. Entiendo el malestar y la queja de los más débiles. Pero también veo lo que está bien, y cómo se oculta, y cómo se intenta generar desánimo y malestar”, dijo.

Y se mostró como una víctima de “una sistemática acción de desinformación de las políticas” que llevó adelante su gobierno.

El Presidente perdió una oportunidad única para tratar de encolumnar a los sectores mayoritarios de la dirigencia detrás de nuevas consignas, de nuevas discusiones, y se adentró en el barro de los conflictos más viscerales que la política no logra resolver y que representan una cruzada para Cristina Kirchner y sus laderos.

En rigor, el discurso de Alberto Fernández representó una muestra más sobre las pocas respuestas que barajan en la dirigencia política para los problemas que aquejan al común de los argentinos.

Alberto Fernández volvió a criticar a la Justicia, pero no dio precisiones sobre la inflación. Foto: Federico López Claro.
Alberto Fernández volvió a criticar a la Justicia, pero no dio precisiones sobre la inflación. Foto: Federico López Claro.

Durante su gestión se duplicó la tasa de inflación que dejó el gobierno de Mauricio Macri (53,8%). En términos políticos, es un error inaceptable.

Más allá de las generalidades sobre el orden fiscal y el equilibrio en las variables macroeconómicas, nadie explica a ciencia cierta qué hará para evitar que la inflación se consolide como un problema crónico.