La cumbre de este miércoles con Benjamin Netanyahu se dio en un contexto que el presidente Javier Milei no imaginaba cuando arribó a Israel en la madrugada de martes. La reunión con el primer ministro israelí, por lejos, el principal aliado en términos de relaciones exteriores del Gobierno libertario, se produjo poco después de la inesperada derrota parlamentaria de la emblemática “Ley Bases”.
El durísimo traspié político cambió el ánimo de la comitiva argentina que había viajado con el convencimiento de que el camino que le restaba recorrer a la ley se había allanado con la aprobación en general de la semana pasada.
Milei no alteró su agenda en Israel en el segundo día de su visita. Tras la bilateral con Netanyahu (donde el presidente argentino ratificó su idea de mudar la embajada a Jerusalén, contra las resoluciones de las Naciones Unidas), visitó el Museo del Holocausto, recorrió la “Ciudad Antigua” de Jerusalén; también se entrevistó con empresarios y con los principales rabinos locales, Rabino Itzjak Yosef y Rabino David Lau.
Pero quedó claro que el presidente debió disociar su atención entre los encuentros protocolares israelíes y los avatares de la política argentina. Su malhumor se reflejó en comunicados y mensajes difundidos en las redes sociales, en los que fueron blanco de su ira los gobernadores y los diputados radicales y provinciales que hasta hace poco eran “dialoguistas” con el Gobierno nacional.
Los primeros reproches aparecieron en la noche del martes, cuando el Gobierno acusó a los gobernadores por el fracaso de la ley y se publicó un listado de “traidores” con los nombres de los diputados que “votaron en contra del pueblo”.
“Ayer en la sesión de la Cámara de Diputados, la casta política, como llamamos a ese conjunto de delincuentes que quieren una Argentina peor porque no están dispuestos a ceder privilegios, empezó a descuartizar nuestra ‘ley de Bases’ para poder sostener sus distintos mecanismos por los cuales le roban a los argentinos. En ese sentido, di la orden de levantar el proyecto”, declaró Milei en Israel.
La declaración buscó poner algo de luz en medio de la gran confusión que dominó al oficialismo en las últimas horas. De acuerdo a las primeras declaraciones del ministro del Interior, Guillermo Francos, y del jefe del bloque libertario, Oscar Zago, el oficialismo creyó que la vuelta a comisión del proyecto no implicaba volver a foja cero el trámite parlamentario. Ninguno de ellos comentó entonces que fuese Milei el que había ordenado “levantar el proyecto”, como dijo el presidente en Israel.
Cómo se sigue
El desconcierto oficial fue notorio en el Congreso y en Casa Rosada. “El Gobierno nos dirá mañana cómo seguimos con la ley”, dijo Zago, en referencia a si se vuelve a tratar o no el proyecto de “Bases”.
Zago contó que se analizó en el bloque oficialista los caminos a seguir tras la decisión de no avanzar con el tratamiento en particular por no contar con los votos para aprobar los artículos centrales de esa iniciativa. “Si la tenemos que dividir, se dividirá en distintos lugares según lo que arreglemos mañana entre Diputados y el Ejecutivo”, admitió Zago.
El diputado libertario, Carlos D’Alessandro, sumó confusión con otra declaración: “Recibimos noticias de que no piensan, desde el Ejecutivo, enviar ninguna ley durante el corriente año”, dijo a Radio 10. ¿Milei apostará a gobernar por decretos?
Qué pasa puertas adentro
Pese a la furia de los comunicados del presidente Milei desde Israel, su vocero, Manuel Adorni, en Casa Rosada, restó importancia a la impensada derrota legislativa. “No pone ninguna traba al plan económico que venimos llevando”, dijo Adorni, y agregó que “de hecho sin ley el Gobierno logró el equilibrio fiscal y las proyecciones de inflación están a la baja”.
El ministro de Economía, Luis Caputo, también intentó restar dramatismo al tropiezo del gobierno. “El 75% de lo que habíamos planificado ya estaba por fuera de la ley”, dijo, en un mensaje balsámico y contradictorio, a la vez, con la furia presidencial llegada desde Medio Oriente.
La posibilidad de impulsar un plebiscito apenas fue admitida por el vocero Adorni. “Vamos a evaluar todas las herramientas constitucionales”, se limitó a decir.
Tras los insultos del presidente Milei a los diputados “opositores dialoguistas” y a los gobernadores, surgen dudas sobre cómo continuará el Ejecutivo su relación con el Congreso.
Hoy los puentes están rotos con el grueso de la oposición. Tampoco es buena la relación con legisladores “amigos” como Carolina Píparo, que fue candidata libertaria a gobernadora de Buenos Aires. Milei la incluyó en la lista de diputados traidores. Lejos de aflojar, desde La Libertad Avanza se insiste, por ahora, con la política de redoblar los ataques.
Antes de la debacle de la Ley Bases, se había planificado que el ministro Francos viajase a Italia para sumarse el viernes a la comitiva presidencial, proveniente de Israel. ¿Viajará el funcionario a quien se le había encomendado la misión de alinear a los gobernadores detrás de la Ley Omnibus?
Francos y Zago quedaron en una posición incómoda dentro del staff presidencial. Martín Menen también está apuntado: junto a Zago, eran los responsables de garantizar los votos en particular de la ley Bases. Santiago Caputo, el asesor presidencial y sindicado como el ideólogo del “todo o nada” que caracteriza el accionar del Gobierno, es otro de los señalados como responsables de la derrota política a menos de dos meses de haber asumido.
El analista y consultor político, Lucas Romero, resumió así las últimas y atribuladas horas vividas por el Gobierno: “La política es el ámbito en el que se construyen decisiones colectivas entre actores que tiene representación legítima en el sistema. Si un presidente en minoría (ganó el balotaje pero sacó 30% en elección general y es minoría) no se reconcilia con la política, no va a funcionar”.