Tras un debate con durísimos cruces y presiones a cielo abierto, el Frente de Todos se alzó con el dictamen de mayoría para avalar los cambios que introdujo el Senado a la ley de alquileres, pero la oposición podría repetir la mayoría para imponer la versión original y vuelve a presentarse un escenario incierto, que depende de unos pocos votos y el “factor Milei”.
En las comisiones de Legislación General y Presupuesto de la Cámara de Diputados, el oficialismo avanzó con los cambios que introdujo el Senado la semana pasada y reunió 41 firmas junto con un aliado del Frente de la Concordia Misionero, Carlos Fernández.
El dictamen mantiene los contratos de tres años, pero establece ajustes cada seis meses (hoy son anuales) y fija como índice de actualización el coeficiente “Casa Propia”, que se utiliza para los créditos Procrear y que toma en cuenta el menor indicador entre la inflación y la evolución salarial del último año.
Juntos por el Cambio y la peronista disidente Graciela Camaño firmaron un dictamen de minoría, que recibió 39 adeptos, insistiendo con la versión original aprobada en Diputados el 23 de agosto, que reducía la duración de los contratos de tres a dos años y daba a las partes la posibilidad de acordar la periodicidad de los ajustes (por un plazo mínimo de cuatro meses) y el índice de actualización.
Sin embargo, la votación se define en el recinto y podría repetirse el escenario de la última vez, cuando Juntos por el Cambio acordó con bloques provinciales rechazar el dictamen de mayoría y aprobar el de minoría, que recibió 125 votos. A pesar de ese riesgo, el bloque oficialista pedirá tratar el tema entre martes y miércoles de la semana próxima.
“No hay manera de evitarlo. Tienen la capacidad de construir quórum sin nosotros. Si no lo incluimos nosotros, pueden pedir una sesión ellos”, esbozó con resignación una fuente de la bancada. Pero en Juntos por el Cambio, por ahora, no hay intenciones de convocar. “Sesionar antes del 22 (de octubre) es darle centralidad a Milei”, razonaron en el interbloque.
En la última oportunidad, el candidato de La Libertad Avanza y sus pares Victoria Villarruel y Carolina Píparo dieron quórum, pero rechazaron tanto el dictamen del oficialismo como el de la oposición, bajo la postura inflexible de “derogación de la ley o nada”. Ahora se mantienen en la misma postura.
Los “poroteos” están al rojo vivo: Juntos por el Cambio podría volver a formar mayoría con apoyo de dos representantes del oficialismo rionegrino, dos del schiarettismo, los bonaerenses Camaño y Florencio Randazzo, el gobernador electo de Santa Cruz, Claudio Vidal, y un riojano con el que comparte bloque, Felipe Álvarez.
En el Interbloque Federal, Alejandro “Topo” Rodríguez y la cordobesa Natalia De la Sota planean abstenerse, con el argumento de que ninguna de las dos opciones, ni la de Diputados ni la del Senado, contempla simultáneamente los dos elementos que ellos pedían: contratos de dos años y actualización cada seis meses.
Presiones y cruces
Las miradas no solo apuntan a Milei, sino también a los dos diputados de Juntos Somos Río Negro, Luis Di Giácomo y Agustín Domingo, los dos “soldados” de Alberto Weretilneck. Ambos habían votado con Juntos por el Cambio, pero en el Senado el gobernador electo acompañó al oficialismo, al que primero le garantizó el quórum.
“La media sanción de Diputados no pudo prosperar en el Senado por la defección de Weretilneck, que decidió cambiar de posición respecto de la que tenían sus diputados acá. Espero que los diputados acá puedan tener independencia de la posición de Weretilneck”, presionó el jefe del bloque de la Coalición Cívica, Juan Manuel López.
E insistió: “Si hoy el bloque de Milei y el bloque de Weretilneck acompañan la media sanción de Diputados, vamos a tener una mejor ley de alquileres, mucho más adecuada para el contexto superinflacionario. Si defecciona Weretilneck y si se vuelve a confundir Milei, vamos a tener una ley que diseñó Cristina Kirchner y que va a afectar cada vez más a los inquilinos”.
Germán Martínez le salió al cruce. “Es una vergüenza que un diputado nacional pida la palabra para apretar a colegas públicamente”, bramó. “Le queda mejor el papel de defensor de (Horacio) Rosatti que de apretador”, aportó otro diputado santafesino, Eduardo Toniolli, que habló de “oposición pedorra”.
Esa mención hizo estallar a la radical Karina Banfi, que terminó la reunión a los gritos con su par de La Cámpora Paula Penacca. “Los únicos que apretan son los que traen a la CGT a las bancas para condicionar el voto de la oposición”, asestó, en relación a la presencia de los sindicalistas en el debate por el impuesto a las Ganancias.
El debate concluyó con un encendido discurso de Federico Fagioli, uno de los diputados que responde al dirigente Juan Grabois: “El único objetivo que tienen es enriquecer a las inmobiliarias. Odian profundamente a los inquilinos y lo único que quieren hacer es tirarlos a las fauces de los lobos. ¡Háganse cargo de que sus proyectos solo son de odio! ¡Hacen campaña haciendo odio y financian organizaciones que fomentan el odio, como Revolución Federal!”.