Ni los constantes agravios del presidente Javier Milei ni las promesas incumplidas a gobernadores ni las sospechas de “carpetazos” movieron a la oposición “dialoguista” de su posición. La Libertad Avanza se encamina a aprobar la “ley ómnibus” en la Cámara de Diputados con alrededor de 150 votos, aunque el texto final es una verdadera “caja de Pandora” que podría alejarse bastante de los deseos del Gobierno.
La sesión es un bautismo de fuego para Martín Menem y durará alrededor de 35 horas, con un cuarto intermedio. Antes de la votación en general, se leerán los cambios al dictamen (quedará una versión de 386 artículos por el retiro del paquete fiscal) y, si el proyecto es aprobado en esa instancia, seguirá la votación en particular, que representa el verdadero desafío para el oficialismo.
El PRO, la UCR, Hacemos Coalición Federal, Innovación Federal y otros bloques chicos como Independencia (integrado por los tres tucumanos que responden al gobernador Osvaldo Jaldo) y la Unión Mendocina dieron quórum en la sesión que comenzaró este miércoles a las 10 y votarán a favor del proyecto en general junto con La Libertad Avanza.
Cómo quedará la ley
La suerte de muchos artículos se definirá voto a voto, y varios podrían caer o bien ser modificados por la oposición. Los principales interrogantes se posan sobre las privatizaciones: hasta última hora de este martes, nadie estaba en condiciones de confirmar qué podía suceder con ese tema.
Quizá consciente del riesgo de una derrota, el asesor Santiago Caputo amenazó con bajar la sesión si los diputados “colaborativos” no los acompañaban con las privatizaciones, en un intento de trasladarle a ellos el costo. Por eso, Rodrigo De Loredo apresuró la definición de su bloque para dar quórum y votar a favor.
Las negociaciones se concentraron este martes en el segmento de las privatizaciones. La UCR y Hacemos Coalición Federal intentaban cerrar una propuesta conjunta para legislar caso por caso, otorgarle más poder al Congreso en el proceso y también achicar el listado de empresas, que quedó con 37 sujetas a privatización total y tres a privatización parcial (Banco Nación, Arsat y Nucleoeléctrica).
También hay otras incógnitas. En materia de seguridad, por ejemplo, hay diferencias en cuanto a la regulación de la protesta social por cuestiones jurisdiccionales y la facultad que tendrá el Ministerio conducido por Patricia Bullrich de oponerse a la realización de la manifestación.
El capítulo biocombustibles es otro de los que podría caer si no hay acuerdo, al igual que los divorcios extrajudiciales. Tampoco hay consenso en torno al artículo que autoriza al Poder Ejecutivo a tomar deuda externa sin autorización del Congreso. Y podría haber cambios en los artículos sobre medioambiente.
Pulgar arriba
El radicalismo fue el primero en levantar el pulgar, tras una reunión de bloque que duró cuatro horas. “Desde el conjunto del radicalismo daremos quórum para habilitar el debate parlamentario de la ley ómnibus y acompañaremos en general la ley. Entendemos la responsabilidad de la hora y las urgencias del país”, informó De Loredo.
Ante los suyos, el cordobés no ahorró críticas al “modus operandi” de Milei, pero puso por delante la necesidad de “darle las herramientas a un gobierno que recién inicia para que pueda llevar adelante la gestión”. Así, logró evitar que un grupo de radicales “rebeldes”, muchos de ellos identificados con Facundo Manes, se abstuvieran o abandonaran la sesión al momento de votar.
“Hubo debate. Por todo el inédito proceso, el destrato a los gobernadores, la descalificación a los diputados. Pero nos ponemos por encima de eso”, dijo a este medio uno de los participantes del encuentro en el edificio anexo del Congreso. “Hubo posiciones individuales, pero se puso por encima la institucionalidad”, coincidió otro.
Luego fue el turno de Hacemos Coalición Federal, la variopinta bancada presidida por Miguel Pichetto, que después de su propia reunión difundió un escueto comunicado. “Desde Hacemos Coalición Federal vamos a dar quórum y acompañar en general, pero plantearemos las disidencias en varios artículos”, indicaron los legisladores.
Sin embargo, el pronunciamiento no representa a los 23 integrantes del bloque: los socialistas Mónica Fein y Esteban Paulón (que habían presentado un dictamen alternativo) no darán quórum y rechazarán el proyecto. También había dudas sobre la cordobesa Natalia De la Sota. Los restantes diputados que responden al gobernador Martín Llaryora, en cambio, están alineados a favor.
El bloque del PRO también tuvo su cónclave y el dato político fue la participación de Mauricio Macri, que se dio luego de que los titulares del partido en 20 provincias lanzaran un “operativo clamor” para que el expresidente lidere el sello a nivel nacional.
Macri se conectó por Zoom al principio de la reunión para respaldar el proyecto de Milei. Felicitó a los diputados y les agradeció “el compromiso a todos por el trabajo en la ley”. Además, destacó el trabajo del jefe del espacio, Cristian Ritondo, por ponerse “al frente de las negociaciones y de la unidad del bloque”.
La decisión de la oposición “dialoguista” contrasta con las presiones que brotan desde la Casa Rosada. En ese sentido, el diputado Nicolás Massot destapó la olla y no descartó que el Gobierno recurra a “carpetazos” contra los legisladores “disidentes”.
“Yo ahora espero que nos empiecen a apuntar personalmente y el propio presidente empiece a marcar cuestiones de nuestra vida personal, porque creo que eso va a venir en la Argentina. Pero a mí no me interesa, no me importa, no hago esto para quedar bien. Estoy preparado para lo que venga”, dijo Massot a Radio con Vos.