La mujer de 37 años hallada el miércoles enterrada en la localidad bonaerense de Ascensión, partido de General Arenales, presentaba heridas provocadas con un hacha en la cabeza, lesiones en el rostro por golpes de puño y tenía restos de tierra en los pulmones, por lo que se cree que aún estaba con vida cuando el asesino ocultó su cadáver.
Fuentes policiales y judiciales informaron que el resultado preliminar de la autopsia practicada al cuerpo de Elizabeth Lorena Quilogran de 37 años detalló que la joven habría sido enterrada viva.
Ante el hecho, se encuentra detenido su concubino y padre de sus dos hijos pequeños, Ramón Horacio Báez de 49 años, quien en la tarde de este jueves se negó a declarar ante el fiscal de la causa a pesar de que ayer había confesado espontáneamente.
Según las fuentes, tras la indagatoria, el fiscal Sergio Terrón, de La Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 5 de Junín, solicitó al Juzgado de Garantías 2 de ese Departamento Judicial que convierta la aprehensión de Báez en detención formal por el delito de "homicidio triplemente calificado por el vínculo, alevosía y mediar violencia de género".
De acuerdo a los voceros judiciales, en la autopsia se estableció que las heridas con entidad mortal fueron los profundos hachazos que la víctima presentaba en la cabeza, uno de ellos a la altura de la nuca; y que además había sufrido golpes de puño en el rostro.
Los médicos forenses hallaron también restos de tierra en los pulmones de la mujer, por lo que aún estaba con vida cuando la enterraron.
A su vez, los pesquisas determinaron que Báez había sido denunciado en 2007 por violencia doméstica por una ex pareja, dijeron los informantes.
El femicidio de Quilogran es el número 66 reportado en lo que va de 2020 en el país y el 32 desde el inicio del aislamiento social, preventivo y obligatorio decretado por el Gobierno Nacional por el coronavirus.