El entrenador y referente del básquet argentino, Miguel “Volcán” Sánchez, reflexiona sobre un concepto que hoy está muy presente en redes sociales y ámbitos de liderazgo: la necesidad de salir de la zona de confort para progresar. Sin embargo, aclara que esa idea solo cobra sentido si está acompañada de un propósito y una dirección concreta.
“Está muy de moda esto de salir de la zona de confort. Lo primero es tener claro con qué propósito salgo y qué líneas voy a seguir”, remarca. Para Sánchez, abandonar hábitos cómodos implica entrar en una etapa de incomodidad inevitable, pero necesaria: “Para poder crecer tenés que salir de lo habitual, y generalmente se produce una incomodidad”.
El coach describe ese proceso como “incomodidad productiva”, diferenciándola de cualquier incomodidad sin sentido. “Acepto lo difícil porque voy hacia esta dirección, con este propósito”, sostiene.
La lucha se da en el cerebro
Sánchez explica que el conflicto aparece cuando una nueva creencia desafía a la que venimos sosteniendo desde hace tiempo. “La incomodidad se produce en el cerebro porque vos tenés una creencia, y aparece otra diferente. Ahí comienza la fricción”, ejemplifica.Esto puede aplicarse tanto a la vida cotidiana —como el inicio de una dieta— como al alto rendimiento deportivo.
Cambiar hábitos dentro de la cancha
En el entrenamiento, este mecanismo se observa de forma permanente:“Al jugador lo incomoda lo que es diferente. Si siempre defendió cerrado y ahora le pedís otra postura, aparece la resistencia”, señala.
En ese punto, la clave está en insistir, sostener y practicar la nueva conducta hasta que se vuelva natural:“Cuando la nueva creencia empieza a ocupar el lugar de la anterior, la incomodidad se transforma en comodidad”.
Crecer es buscar nuevas incomodidades
Para Sánchez, el desarrollo no se detiene en ese momento de adaptación. Cada mejora implica un nuevo desafío:“Cuando ya no hay incomodidad, hay que buscar otra. Así es como crecemos de nivel”.































