La crecida del río Paraná podría afectar a 50 vecinos de la capital entrerriana. Por el momento, las previsiones no indican una eventual situación de alerta o evacuación, aunque el municipio lleva adelante un monitoreo permanente.
La secretaria de Políticas Sociales, Inclusivas y Comunitarias, Eliana Ramos comentó que llevaron a cabo un relevamiento de este grupo donde hay siete familias, matrimonios y personas que viven solas que asisten constantemente.
“Se hacen recorridas diarias. Dos veces durante el día con puntos de contacto ante cualquier situación. Y también, dentro de la posibilidad o de lo que hemos hablado con ellos, habría dos familias que no tendrían a dónde ir en caso de evacuarse que son de la zona de Bajada Grande”, afirmó en una entrevista brindada al canal Nueve Litoral.
A renglón seguido, precisó: “serían alrededor de entre 10 y 13 personas que, en su caso, el municipio si llegan estos picos deberíamos evacuar y hacernos cargo nosotros”.
“Las otras personas se autoevacuarían a lugares cercanos de familias o vecinos que también en un operativo asistiríamos para que trasladen sus cosas”, aclaró.
Asimismo, advirtió que las zonas de la ciudad que podrían verse perjudicadas ante la situación hídrica son los barrios de Bajada Grande, Los Arenales, Puerto Sánchez y Puerto Viejo.
Las medidas de contingencia las coordina el Comité de Emergencia creado para tales fines en donde participan el Ejército, Gendarmería, Policía, el Ministerio de Desarrollo Social, Cruz Roja, Defensa Civil y la Municipalidad.
Ramos sostuvo que “no llegaríamos al pico de alerta” ya que las previsiones marcan que para alrededor del 27 de noviembre la altura del río llegaría a 4,63 metros.
Los parámetros estipulados para declarar estado de alarma son 4,70 metros mientras que para realizar evacuaciones el caudal tendría que alcanzar 5 metros.