En el marco de la celebración por sus 40 años de profesión, el veterinario Ricardo González comparte con Vía Paraná una nueva columna de opinión. En esta oportunidad el profesional nos habla de la inteligencia animal y de la capacidad de aprendizaje de nuestras mascotas.
El hombre es la especie animal más evolucionada de la escala zoológica; pero los perros y los gatos son también especies evolucionadas y pueden responder a aprendizajes ya sean simples o complejos. Estos aprendizajes pueden ser por asociación o por respuesta condicionada entre otros. La Etología (rama de la Zoología que estudia las conductas de los animales en sus hábitats naturales) establece pautas de comportamiento que se corresponden a cada especie.
El vínculo de las mascotas con los seres humanos depende en gran medida del animal. En el caso del perro es muy estrecha porque somos parecidos, el perro al igual que nosotros es social, territorial, jerárquico y se ocupa de sus crías. En caso de los gatos son más solitarios e independientes, aunque muy afectuosos.
Una mascota percibe claramente cuando vamos a salir o estamos por llegar, cuando estamos felices o tristes, o cuando la vamos a bañar. Ellos tienen emociones propias y aprenden a reconocer la de sus dueños. Los animales tienen buena memoria también.
En síntesis el desarrollo de la inteligencia animal dependerá del tipo de vínculo y estimulación de que reciba de su dueño y muchas veces nos va sorprender la capacidad de resolver situaciones complejas. El carácter de un animal depende de su genética pero sobre todo del ambiente donde vive.
No hay razas más inteligentes que otras, hay individuos con mayor capacidad de aprender que otros. Si no aprenden más es porque no les enseñamos y a ellos no les preocupa demasiado ya que tienen asegurado el techo, la comida y el afecto… Y con esto les alcanza.
Dr. Ricardo N. González-Veterinario Mat. Prov: 0343