Sin dudas Neuquén tiene cientos de destinos dignos de visitar. Por los años 40′, Tomizu Hiroki y Cho Kobayashi fueron los dueños de una de las grandes bellezas naturales de la capital provincial: un destino oculto, increíble, que atestiguaba la unión de dos ríos.
Este matrimonio japonés se asentó junto a sus siete hijos en una de las 50 hectáreas de la Confluencia, en la ahora llamada Península Hiroki. En un costado los rodeaba el río Neuquén, y por el otro lado el río Limay. De muy cerca, podían ver el nacimiento del río Negro.
Desde la cuenta de Facebook del Museo Paraje Confluencia, publicaron: “Su casa se ubicaba muy cerca del río, a la altura de lo que ahora es la rotonda de la Confluencia, mientras que su patio trasero miraba a lo que en la actualidad, es el Paseo Costero”.
Península Hiroki: la chacra familiar ubicada en Neuquén
Según describen en el posteo, allá armaron una chacra en la que la familia se dedicó al cultivo de fruta fina como frutillas y frambuesas. De este modo, se plataron álamos, sauces y nogales; y con el tiempo sumaron las huerta de verduras. Todo lo producido en este sitio era vendido en el comercio neuquino.
La casa del matrimonio japonés se ubica muy cerca del río, a la altura de lo que ahora es la rotonda de la Confluencia, mientras que su patio trasero era el actual Paseo de la Costa. Allí mismo se realizó la primera reunión de la “Asociación Japonesa del Comahue”, que convocó a toda la comunidad nipona de la región (desde San Patricio del Chañar hasta Villa Regina), que llegó a aglutinar más de 150 miembros.
En la década del 50′, Tomizu se mudó a Campo Grande, donde compró otras tierras que durante varios años trabajó en simultáneo con las de Neuquén; mientras tanto, Cho ejercía como maestra. Esto, a su vez, impulsó a la pareja a donar tierras para construir una escuela para niños de su comunidad.
El hombre falleció en 1983, a sus 80 años, y su esposa murió en 2006 a los 94 años. La Chacra de la confluencia pasó a sucesión, y la familia Hiroki cedió parte de sus tierras para el desarrollo del espacio público, el Paseo Costero y para el resguardo de la Península.