El gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez, dispuso la reactivación y puesta en funcionamiento de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP), un proyecto multipropósito que pone en valor la producción de las 300 toneladas de agua pesada que puede producir actualmente.
A través del decreto 842/18 del 18 de junio de 2018, el mandatario neuquino establece que, como consecuencia de la inexistencia de una demanda tanto nacional como internacional de agua pesada, el único horizonte posible de producción de la PIAP se reduce a lograr la producción en el corto plazo de un inventario de reserva de seguridad para las centrales de operación Atucha I, Atucha II y Embalse.
Este inventario de reserva está estimado en 300 toneladas de agua pesada, considerando dicha producción válida para la reactivación y funcionamiento de la planta.
El comunicado del gobierno neuquino difundido este martes, destaca que "el desarrollo de este tipo de proyectos corresponde al sector de la industria química convencional, de muy alta tecnología, elevada escala productiva, capital intensivo y mano de obra altamente calificada".
Asimismo, el comunicado explica que "un proyecto de estas características requiere de un consumo intenso de gas, por lo que la iniciativa tiene el doble propósito de darle valor agregado industrial a la producción de los reservorios de ese recurso en la formación Vaca Muerta, sin necesidad de utilizar la capacidad de transporte disponible y otorgar mayor viabilidad al proyecto del tren norpatagónico".
La planta de Arroyito se encuentra ubicada a 50 kilómetros de la ciudad de Neuquén, a orillas del río Limay, y depende de la Comisión Nacional de Energía Atómica.