Cuando llegue este domingo, Zoe Albornoz -una niña de 4 años que vive en Godoy Cruz- cumplirá una semana sin poder escuchar absolutamente nada de nada. Y es que si bien entre las secuelas de una meningitis que padeció cuando solo tenía 2 años toma protagonismo la hipoacusia que le quedó, hace poco más de cinco meses se le colocó un implante coclear que le permitió -estimulación mediante- volver a escuchar, ir al jardín y hasta relacionarse con sus compañeritos. Pero el domingo pasado, Zoe y su familia olvidaron parte del equipamiento del implante en el interior de un colectivo, lo extraviaron y -desde entonces- los buscan desesperadamente.
“El equipo que se perdió no le sirve a nadie, porque está calibrado para el implante que tiene Zoe. Ese es mi enojo, porque sé que se me perdió a mí. Pero no devolverlo es solamente para hacer daño”, destacó Antonella Reale, mamá de Zoe y quien -desde hace casi una semana- se ha puesto un único objetivo: encontrar las baterías y cargadores del equipo (el implante en sí no se ha extraviado, ya que la niña lo estaba usando en ese momento) para que su hija pueda volver a escuchar y disfrutar de las cosas mínimas -y máximas- de la vida.
En las redes sociales y también en paradas de colectivo del Gran Mendoza, los flyers y carteles pidiendo -casi rogando- por datos que permitan encontrar esos complementos del implante coclear se han multiplicado en los últimos días. Y en todos ellos sobresale la foto de la pequeña Zoe y el celular de su madre, Antonella, para comunicarse por cualquier novedad (2612192655).
Ayuda municipal
Durante las últimas horas, autoridades de la Municipalidad de Godoy Cruz -departamento en el que viven la niña y su familia- se comunicaron con Antonella para comunicarle que la comuna se hará cargo de la compra de los componentes extraviados. Así lo confirmaron desde la comuna y desde la familia de la niña, y destacaron que fue el responsable del área de Salud quien se puso en contacto con la mujer para darle esta esperanzadora noticia.
Ante la falta de novedades o indicios que permitan dar con el paradero de estos aparatos que -insiste Antonella- no le sirven a nadie más, ni siquiera para reventa ya que tiene una calibración personalizada para Zoe; en los últimos días la mujer hasta empezó a cocinar empanadas para vender. De esa manera puso en marcha el Plan B: recaudar dinero para comprar un nuevo equipo, ante la no devolución del extraviado.
En total son cerca de 115.000 pesos los que necesita la familia de Zoe para refuncionalizar su implante coclear y que la niña pueda volver a llevar una vida relativamente normal (la cual mantiene en pausa desde hace una semana, a raíz del extravío).
Búsqueda interminable
Más allá del compromiso de la comuna godoicruceña de hacerle frente a la compra de los nuevos complementos para sustituir los perdidos, Antonella y Zoe no se dan por vencidos. Ni tampoco pierden las esperanzas en que, quien sea que haya encontrado el equipamiento original, lo devuelva.
“Seguimos compartiendo en las redes, seguimos pegando carteles. Zoe necesita usar el implante para poder escuchar, para poder ir al jardín y para volver a llevar su vida”, agrega la mujer, que vive con su familia en el barrio Solidaridad (Godoy Cruz).
Para no tener retrocesos en lo que Zoe ha logrado aprender y avanzar desde que fue implantada, su madre intenta estimularla desde casa todos los días. “Le quiero enseñar para que no se olvide las palabras que ya aprendió. Además, tuve que esconder el procesador del implante, porque Zoe lo ve y me pide que se lo ponga”, destacó la mujer a Los Andes hace unos días. Y es que el implante propiamente dicho lo tiene consigo, pero está descargado.
Zoe asiste -o asistía hasta que perdió parte de su equipo- a sala de 4. Pero al no poder escuchar desde hace casi una semana, no puede seguir el ritmo ni interactuar con sus compañeritos. “Es una niña súper buena que, a pesar de su condición, intenta adaptarse a la gente. Al principio no intentaba decir ni unas pocas palabras, pero desde que la implantaron, cada noche en que yo llegaba de trabajar intentaba contarme lo que había hecho en el día. Y lo hacía con gestos, murmurando”, agregó su madre.
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El 12 de septiembre, Zoe y su familia regresaban en colectivo a su casa en Godoy Cruz. En el Puente Olive subieron al interno 23 del colectivo 464 a las 13:17 y bajaron 30 en Paso de los Andes y Francia (Godoy Cruz).
Apenas abandonaron el micro, la mujer se dio cuenta de que habían olvidado la mochila arriba del vehículo. Y aunque regresó de inmediato al control, no volvió a encontrar la mochila ni su contenido.
Cualquier persona que pueda aportar datos sobre el aparato puede comunicarse al celular de Antonella, 2612192655.