La jugadora del seleccionado de handball de Italia y profesora de educación física, Rocío Squizziato, es parte de una campaña contra el bullying.
La mendocina está en Italia desde la pandemia. Una amiga suya mostró un video de ellas jugando y “le preguntaron sobre mí, le pidieron mi contacto y me vine” porque la contrató Cassa Rurale Pontinia.
Entró más tarde al equipo porque, apenas ingresó al país, se contagió de Covid y estuvo 45 días en cuarentena, por lo que“fue bastante duro el inicio”, rememoró.
Este año tuvo la suerte de que su rendimiento está bien. “Y me pude desempeñas mejor”, contó a Vía Mendoza.
Tanto es así, que fue convocada por la selección italiana y está entrenando para los juegos mediterráneos.
En la próxima semana irá a una concentración a otra ciudad y luego jugará un amistoso a Luxemburgo, por lo que “estoy súper contenta”.
Cómo surgió su participación en la campaña contra el bullying
Los clubes de Italia constantemente incentivan a las jugadoras a realizar campañas para llegar a muchas personas.
En el caso de Rocío, quien es profesora de educación física, el periodista y el presidente del club le pidieron si podía ser parte de un congreso llevado a cabo por un colegio.
Esta institución convocó a muchos tipos de profesionales: policías, que tenían un programa sobre el bullyismo; psicólogos; profesores de educación física; entre otros licenciados.
También se propuso llevar a una jugadora del seleccionado y la llamaron porque ha “tenido una buena presencia este último torneo” y porque es profe, comentó la mendocina.
Cuál fue su rol en la campaña
Rocío Squizziato habló de cómo combatir el bullyismo a través del deporte y contó qué herramientas le dio el handball para no ser afectada por el bullying.
La jugadora compartió en el Congreso cómo se desempeña el equipo de Pontinia: “Estuvo muy bueno porque éramos un montón de personas con distintas herramientas y profesiones”.
A través de Power Point, videos y presentaciones, generaron “un espacio libre en el cual uno puede decir: soy víctima de bullying y puedo expresarlo sin tabú”.
La idea era generar un espacio seguro para los adolescentes sobre todo, que hoy sufren muchísimo. “Para mí el deporte es una herramienta fundamental” para combatir el bullying, expresó.
Squizziato contó que en un deporte “nunca vas a ser más que otro, porque sí o sí lo necesitás para llegar a un objetivo”, y viceversa, aunque por momentos alguien se destaque un poco más en algún partido.
Sin embargo, el concepto de bullying no está presente en un equipo, porque todos “empujamos hacia el mismo lado”. Ese concepto se desvanece, “es la idea”, sentenció.
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