Un accidente de tránsito le cambió la vida a una mendocina y trabaja para romper las barreras de la discapacidad

Natalia Acevedo quedó en silla de ruedas a los 16 años y logró aceptar su realidad. La llaman “incluencer” porque se transformó en una influencer de la inclusión.

Un accidente de tránsito le cambió la vida a una mendocina y trabaja para romper las barreras de la discapacidad
Natalia Acevedo, la mendocina que rompe todas las barreras.

Natalia Acevedo tiene 37 años y una vida muy normal, salvo por un detalle: hace 20 años está en silla de ruedas. A los 16 tuvo un accidente de tránsito en la ruta y salió despedida del vehículo por lo que se quebró la columna.

Sí, su vida es muy normal, aunque a veces se complica porque aún queda bastante en materia de inclusión en la provincia, sobre todo en lo que respecta a los accesos para las personas con discapacidad.

Natalia vive sola desde hace varios años, trabaja como licenciada en sistemas en una “fintech o “start up” del sector financiero, maneja su propio auto y se encarga de todo en su casa: va al supermercado, limpia y cocina.

Sale a bailar con amigas y no se priva de viajar, hasta lo ha hecho sola. Además, entrena, juega al tenis y pronto va a sumar el yoga a su vida.

Natalia juega al tenis adaptado.
Natalia juega al tenis adaptado.

Para lograr todo esto, Natalia recorrió un largo proceso de superación personal y hoy inspira a otras personas en su misma situación a mirar la vida con otros ojos. Si bien confiesa que no le fue fácil aceptar su discapacidad, logró romper barreras y disfruta a pleno de vivir.

Me fui dando cuenta de que podía hacer cosas, de que se podía ser feliz aún estando en silla de ruedas. Me encanta disfrutar de la vida, disfrutar al tope. Mi idea es contagiar un poco eso, que la gente vea que se puede”, relató con entusiasmo Natalia a Vía Mendoza.

“Tener una discapacidad no significa que no puedas hacer cosas. Es súper natural cómo me manejo, voy de un lado a otro y no paro. Me encanta viajar, he viajado a Europa dos veces y he llegado a hacerlo sola. Salgo a bailar, me junto con amigos, voy al supermercado, hago de todo”, contó Acevedo.

Y confesó: “Hay momentos en los que necesito ayuda, y la pido. He aprendido a pedir ayuda, pero todo es práctica y si no me las ingenio para hacerlo”.

Aceptación y amor propio, las claves para ser feliz

Para la malargüina, lograr aceptarse y ser independiente no fue sencillo, pero fue perseverante y no bajó los brazos: “El proceso es largo, te cambia la vida en un segundo. Volvés a nacer y empezás a aprender todo de nuevo. El tema es que ya conocías otra vida, entonces es un cambio brusco. Pero se puede”.

La aceptación lleva tiempo y, al hacer ese proceso, los de afuera también te ven diferente. Mi idea es contagiar y que muchos puedan disfrutar como yo”, dijo Natalia.

Y explicó que cuando una persona tiene discapacidad, el entorno tiende a infantilizarlos: “Te sobreprotegen y eso es malísimo. Te hacen mucho mal haciendo eso”. Por lo que destaca la importancia de que familiares y amigos acompañen, pero también es necesario que colaboren en el proceso de crecer y salir adelante, con cierta independencia.

Aceptar su discapacidad fue un largo proceso.
Aceptar su discapacidad fue un largo proceso.

De un tiempo para acá, Natalia siente que pudo sanar muchas cosas del pasado, aceptar su presente y proyectar su futuro: “Siento que exploté y empecé a tener más amor propio. Pero mi proceso fue paso a paso, ir animándome y sacándome los miedos, ir sintiéndome más segura. Es fundamental el apoyo de los que te rodean”.

Incluso, contó que parte de su proceso fue aceptarse como mujer y lo consiguió. Este año se animó a hacer fotos en ropa interior y disfrutó verse en esa faceta: “Si bien hice muchas cosas en mi vida, me faltaba la aceptación como mujer. No usaba faldas ni mini, nada. Cuando me vi dije ‘qué linda que soy, bien...’ Me gusta verme así, me gusta verme sensual”.

Además, no le molesta hablar de sexualidad y considera que el sexo es muy importante en la vida de las personas: “Soy una persona, ante todo soy una mujer”. “No estoy en pareja actualmente porque no se me ha dado conocer a alguien, pero podría estarlo tranquilamente, si quisiera podría tener hijos. Si llega un compañero que me siga en esta aventura loca, bienvenido sea”, explicó.

Influencer de la discapacidad

La mendocina adquirió el título de “incluencer” en una entrevista radial con un medio local, y le sienta bastante bien. Es que poco a poco logró contagiar a otras personas a superarse, a salir adelante con sus publicaciones e historias en las redes.

En su Instagram, Natalia comparte sus entrenamientos, reflexiones, distintas situaciones de la vida cotidiana, y se convirtió en un ejemplo para otras personas en su misma situación e incluso para gente que no tiene discapacidad.

Disfruta de su sensualidad.
Disfruta de su sensualidad.

La malargüina contó que le escriben de Barcelona, Francia, Venezuela, Estados Unidos y Holanda para agradecerle por su contenido, o para pedirle videos para ver cómo se traslada, cómo se viste o de sus entrenamientos, entre otros.

Me escriben personas de distintas partes del mundo, es muy loco. Me agradecen por lo que subo. Son muy lindos los mensajes que me llegan, también me motivan a mí”, confesó.

Sin embargo, previo a su trabajo con las redes, la mendocina ya peleaba por sus derechos y el de otras personas con discapacidad.

Hace unos años atrás, fue de vacaciones a Malargüe con un grupo de amigas y visitaron la Laguna de la Niña Encantada, un lugar casi imposible de acceder en silla de ruedas. Pero ellas no se quedaron calladas, y reclamaron. Fue así que hicieron una rampa y le dijeron que llevará su nombre.

Natalia Acevedo rompe barreras de la discapacidad

Natalia comenzó un proyecto con su entrenador personal, David Pérez, al que denominaron “Rompiendo Barreras”. El objetivo es ayudar a las personas con discapacidad a ser felices y a “salir a la vida”, según explicó la incluencer.

La idea de la mendocina es mostrar todo lo que está viviendo y guiar a las personas para que pasen ese “túnel oscuro” y que puedan llegar a la aceptación. La tarea de su entrenador es acompañar ese proceso desde lo físico.

Natalia entrena en el parque Central.
Natalia entrena en el parque Central.

En esa misma línea, reveló qué hace para mantenerse activa y cuál es su secreto para ser feliz: “Todo el tiempo me voy planteando objetivos nuevos y me enfoco para cumplirlos. Eso hace la vida más divertida y con más adrenalina. El de ahora es prepararme mejor físicamente, animarme a hacer parapentes y rafting, a corto plazo. Después, jugar un partido de tenis y el más grande es viajar por el mundo”.