El sistema de salud de Mendoza está en alerta porque cada vez son menos los profesionales que deciden especializarse en pediatría. Debido a esto la atención en las guardias de los hospitales de la provincia se ve resentida y crece la preocupación en los padres.
El tema es de relevancia, ya que no solo pasa en la Provincia de Mendoza, sino que el panorama se da a nivel nacional. Aun así, lo que ha llamado la atención, son los carteles en las guardias del Valle de Uco que se ha virilizado esta última semana.
Desde el gremio de profesionales de la salud, Ampros, destacaron que desde la Sociedad Argentina de Pediatría emitió un comunicado la semana pasada en donde, entre otras cosas, habla de la falta de elección de los jóvenes para ciertas especialidades. Tal es el caso de pediatría y todas sus especialidades (neonato, intensiva, cardiología infantil, oftalmología, etcétera).
La situación en algunos centros de salud ya se ve vuelve compleja. Los padres deben deambular por diferentes clínicas porque se encuentran con que no hay especialistas que puedan atender a sus hijos.
Las salas, tanto de gestión pública como privada, del Valle de Uco dan cuenta de este problema. Son varias las que han tenido que colocar en sus puertas carteles con la siguiente leyenda: “no hay guardia pediátrica”, “no hay pediatra”.
Desde la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) consideran necesario llevar adelante un debate y un análisis de toda la sociedad, donde el Estado, las universidades y las sociedades científicas deberían repensar el modelo del ejercicio profesional de las especialidades.
Según los datos del Obervatorio Federal de Recursos Humanos en Salud, Mendoza se encuentra por debajo de la línea media de médicos y médicas cada 10.000 habitantes. Si bien las estadísticas son del 2020, demuestran que en la provincia hay menos profesionales de la salud por cantidad de habitantes, ubicándose en el 40,4%.
Desde Ampros destacaron que pocos son los médicos recibidos que optan por especializarse en pediatría por no ser rentable, por tener una alta carga horaria y por la cantidad de años de formación que requiere el campo.