La presión de tenerle que ganar a México para poder seguir con chances en el Mundial de Qatar 2022 fue enorme. La gente confió siempre pero el factor sorpresa siempre estuvo presente después del balde de agua fría en el debut con un Arabia Saudita, que llegó dos veces y nos hirió.
Pero como toda herida, sana. Y ante México, los goles de Lionel Messi y de Enzo Fernández fueron la inyección de esperanza y fe que necesitábamos. De ahí que el festejo alocado, de desahogo fue inevitable en toda Mendoza. Desde Las Heras a Malargüe y desde Alta Montaña al Arco de Desaguadero. En cada rinconcito, el pueblo ‘menduco’ agitó banderas celestes y blancas y besó la camiseta cuantas veces pudo.
Y con un “vamos vamos Argentina, vamos vamos a ganar, que esta hinchada quilombera no te deja de alentar” se expresó como un himno, la fe a una Selección Argentina que tiene equipo, tiene herramientas y, sobre todo, mucho corazón.
Con los ceños fruncidos todo el primer tiempo
Si bien se vivió un primer tiempo en el que el equipo nacional nos mantuvo masticando jugadas de sinsabores frente a un México que se cerró atrás sin permitirle a la Argentina penetrar de ninguna manera; después en el segundo, llegó el alivio. Pero incluso antes de los goles.
Con el puño cerrado, ceños fruncidos, golpeteos en las mesas, manos en la cara, toda clase de gestos que expresaban la tensión con la que cada mendocino vivió profundamente el partido contra los aztecas.
Hasta que Scaloni metió mano, movió piezas y todos vimos que el juego cambió. Más fluido, destrabado y con mayor búsqueda hacia el área poblada mexicana. Con jugadores frescos, con hambre, con ganas de aportar al equipo antes que a sus individualidades.
Los goles llegaron y se festejaron desde las entrañas, abrazando a vaya saber quién que se tenía al lado, porque por el nivel de euforia daba igual, allí todos eran familia.
La familia unida
Si hay algo que no se discute en el hogar es que en la mesa no se habla de religión, política ni fútbol. Pero estos días se acepta la excepción, porque con la Albiceleste, todos coincidimos en opiniones.
Amigos, amigas, padres, madres, hijos e hijas vivieron toda la emoción en casa y muchos otros, en bares de la Ciudad. Luego, una espontánea convocatoria tras la victoria de Argentina sobre México en el tradicional punto de encuentro -calle Garibaldi y San Martín- fue el corolario de esta algarabía.
Cientos de mendocinos de todas las generaciones se sumaron al festejo de hinchas para seguir alentando a la Argentina. Incluso, hubo quienes decidieron asistir a la fiesta con sus mascotas.
Todos con el 10
Lionel Messi se estaría despidiendo de los Mundiales en Qatar 2022. Y el mejor del mundo lo quiere disfrutar como la mejor experiencia de su vida porque cree en este equipo y los argentinos en él.
Y ayer, qué mejor muestra de cariño y confianza que la que se vio en las calles de Mendoza. Porque todos queremos que Argentina gane, todos quieren que la Scaloneta gane. Todos quieren que Messi obtenga el único premio que le falta: la Copa del Mundo.