Un mendocino busca mejorar el bienestar de los presos en las cárceles de Mendoza con su proyecto. Se trata de Gaspar Contreras, el joven detrás de acercarle educación emocional a las personas privadas de su libertad, ayudando así a cientos de jóvenes superar su encierro.
Hace un par de años atrás, Gaspar se encontró en una nueva situación laboral forzada por condiciones externas a sí mismo. Pero de alguna manera logró transformar esa situación en algo que no solamente lo llenó a él, sino que impactó en su entorno.
Fue cuando comenzó a trabajar en una cárcel mendocina y, lleno de incertidumbres, se encontró con gente que tenía problemas más grandes que los suyos y que tenia las herramientas para poder ayudarlos.
Bienestar para los presos en la cárcel
Antes de llegar a trabajar en la penitenciaria, Gaspar era el asesor de comunicación del Gobierno provincial de Francisco Pérez. “Llegué a trabajar en la cárcel casi de casualidad”, contó el joven a Vía Mendoza, detallando que fue con el cambio de gobierno que fue mandado a trabajar al sector cultural de una cárcel.
Al mismo tiempo, se recibió de Licenciado en Relaciones Públicas, por lo que estaba buscando un posgrado. Se topó con la especialización en Bienestar Corporativo y supo que era lo que debía hacer.
Cuando se presentó, no sabía que decir porque sus pares eran coaches, algunos reconocidos en el ámbito. “Se me ocurrió decir que venía a capacitarme en como ser feliz porque trabajaba en el lugar más triste del mundo”, expresó Gaspar.
Y de ese momento empezó el proceso de Gaspar en la creación de un proyecto que le ayudar a llevar el bienestar a los jóvenes detenidos del penal, algo que para Gaspar “surgió de casualidad”.
En ese momento, la cárcel no disponía de material para poder realizar un taller de educación emocional, entonces Gaspar lo hizo a pulmón. Para el día internacional de la felicidad, el joven ideó un foro en donde estas personas privadas de su libertad pudieran hablar de la felicidad y las emociones.
“La actividad gustó tanto que la jefa de tratamientos me pide si podía replicar el foro en la tarde, en otro penal”, detalló el joven. Y ahí, en el pabellón de ese penal salió el modelo del proyecto de Habilidades emocionales del Bienestar que llevaría a los demás penales de Mendoza.
Un proyecto inesperado pero buen recibido
Al principio, la idea de Gaspar era una locura, justamente porque él estaba intentando de meter la felicidad en un lugar que es reconocido por su negatividad.
En el primer encuentro, Gaspar hablaba de la importancia del auto-amor, esperanza y resiliencia y recibía una recepción mezclada: “Me miraban como diciendo este pibe está delirando. Cuando se lo mostré a los jefes pensaron lo mismo. Pero poco a poco empezamos a notar que los niveles de violencia, autolesión y consumo problemático bajaron”, comentó el mendocino.
Este proyecto de Gaspar fue pensado como un taller de verano al principio, pero estaba dando tan buenos resultados que decidieron extenderlo a todo el año.
Así realizaron más de 5 foros, teniendo la participación de 100 speakers internacionales como Pilar Sordo y el Papa Francisco.
Además surgieron múltiples sub-proyectos, desprendidos de la idea inicial de Gaspar. Los Conservatorios Mandela y Reiniciar son dos de ellos.
Pero el que más le gustó a Gaspar fue Conducta Calle, una banda musical compuesta por personas privadas de su libertad. Con este grupo lograron grabar con varios artistas reconocidos como Piero, Kapanga, Caligaris y Alejandro Lerner.
Historias de superación
En su tiempo trabajando este proyecto en la cárcel, Gaspar ha tenido la oportunidad de ver personas ser transformadas a través de la educación emocional.
“Conozco casos de chicos que todavía siguen detenidos y que sus ideas e intenciones de salir mejores de la cárcel siguen vigentes”, expresó Gaspar, comentando sobre dos casos que le llegaron a su corazón.
Nacho fue uno de ellos, un joven detenido por el consumo problemático: “Fue uno de los que movilizó crear proyectos para recuperar a chicos privados de su libertad. Pero no solo por la cárcel, sino por vivir años de violencia, marginalidad y diferencia del estado”.
Samuel fue otro de los jóvenes que Gaspar mencionó, detallando que es uno de los miembros de la banda Conducta Calle. Cayó por una causa pesada y en su cara demostraba la tristeza con la que este joven cargaba, negando todo tipo de ayuda.
Pero Gaspar no se iba a dar por vencido, por lo que le animó a incorporar la banda. “El no sabía tocar ni el timbre. Después de dos años se convirtió un músico excepcional dentro de la cárcel, tocando el teclado”, contó el joven, agregando que hace unos días encontró una foto de Samuel de hace cuando ingresó, encontrando que su cara había cambiado por completo.
“Esas fotos son el fiel reflejo de que la música salva. Samuel demostró que incluso estando encerrado, vivía en libertad”, aseguró Gaspar.
Por otro lado, Gaspar se dio cuenta que aquellos jóvenes que lograron salir de la cárcel necesitan un acompañamiento genuino para no volver a caer. “Cuando salen a la calle, los chicos salen con un sello gigante diciendo que estaba detenido”, expuso Gaspar. Por esa razón, sigue en contacto con quienes acompañó.
“Hay dos chicos que a sus hijos le pusieron mi nombre. Realmente es muy fuerte el vínculo que se crea. Imagínate que se encuentran en ese lugar con alguien que confía en ellos”, expresó el joven.
Llevar el bienestar
Durante este tiempo de pandemia, su trabajo se lució y no solo dentro de las cárceles. “Fue porque a partir de Marzo del 2020, el mundo empezó a vivir en un contexto de encierro”, explicó Gaspar, detallando que la necesidad de bienestar personal durante este tiempo surgió fuertemente.
Y luego de estos años de trabajo y este particular pandémico, Gaspar comenzó a recibir diferentes reconocimientos por su trabajo. El último se trató de una nominación del premio de Jóvenes Mendocinos Destacados del Consejo Empresarial de la provincia.
Gaspar se siente honrado, pero fue claro en expresar que esta mención no es para él solo. “Digo que no voy solo porque sería egoísta decir que voy a recibir un premio en mi nombre. Yo voy en mi nombre junto a mas de 500 historias que me acompañaron en este proceso”, concluyó el joven.