Sonia Beatriz Garberoglio Larrain (51) fue encontrada en su casa de Gutiérrez, Maipú tirada en el suelo de la cocina con cortes en la cabeza. Inmediatamente se conoció que su pareja, Juan Carlos Romero Leiva (51), la habría asesinado a botellazos luego de una discusión. Una amiga de la víctima confesó, a través de un posteo de Facebook, que la mujer sufría violencia de género y que ya habían denuncias en contra del hombre.
Según fuentes del Ministerio de Seguridad, el femicidio ocurrió este lunes por la noche en una casa situada en Alem 1053, de Maipú. Hasta ese lugar llegó la Policía que recibió pasadas las 21.30 un llamado al 911 que advertía sobre una discusión familiar.
Al arribar al domicilio, el personal policial se encontró con una joven que se identificó como la hija del agresor y fue quien relató que su padre le había contado que había discutido con su madre y golpeado aparentemente con una botella de vidrio.
Luego, al entrar al domicilio, los efectivos se encontraron con la víctima tendida en el piso de la cocina y con abundantes lesiones en el cráneo. El sospechoso quedó detenido y fue trasladado al Hospital Central, ya que también presentaba lesiones.
El desgarrador relató de una amiga que da cuenta que la víctima sufría violencia de género
Los mensajes de dolor por la muerte de Sonia inundaron las redes sociales, pero hubo uno en particular que llamó la atención por el contundente relato, “perdón por no insistir”, escribió en su muro la usuaria Irina Naveda, quien se identificó como amiga de Sonia.
A lo largo de su descargo, la amiga de Sonia, asegura que sabía las situaciones de violencia de género que vivía y al final del relato le pide perdón por no poder ayudarla a salir del infierno que vivía.
La historia entre ambas comenzó cuando, Sonia e Irina, se conocieron trabajando en un reconocido supermercado mendocino en 2011. “viene de la sucursal Carrodilla”. “Su mamá es amiga de la dueña, y viene acá porque su marido se ve que es muy celoso y allá fue a hacerle lío al vigilador. Y se agarraron a pelear, algo así”, contentó el encargado del local en ese momento.
“Otra mañana se acercó una mujer y me pregunta si yo era Irina. Le dije que sí y me obliga a mirarla. Me dice ‘cuidá mucho a mi hija, por favor, ayúdame. Ese infeliz con el que está casada le pega, es un hijo de puta y ya no sé cómo hacer’. Su dolor de madre me confirmó mis sospechas”, continúa el relato, luego de dar cuenta de otras situaciones donde el marido la acechaba.
Los años siguieron transcurriendo y si bien ambas dejaron de trabajar juntas, cada tanto hablaban y era ahí que Sonia le comentaba la situación con su marido. “Él está más tranquilo, está cambiando”, le aseguró una vez.
“Amiga no te merecías nada de esto. Perdón por no insistir. Ahora descansa, inténtalo ahora, que acá vamos a hacer hasta lo imposible para que no vuelva a tapar todo con plata, nunca más. Te abrazo al infinito”, se despidió junto a un pedido de justicia.
Según informaron las fuentes policiales, el hombre imputado, identificado como Juan Carlos Romero, es un ciudadano chileno de 51 años que se desempeña como farmacéutico. Según trascendió, el hombre tiene antecedentes penales y en noviembre de 2017, habría sido denunciado por violencia de género.
Por ese motivo la causa quedó a disposición del fiscal Carlos Torres, de la Unidad Fiscal de Homicidios.