Según la última Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), durante el segundo semestre de 2020 más de 58.000 personas cayeron bajo la línea de pobreza en nuestra provincia.
Para los economistas la pandemia fue la mayor causante en este resultado no solo por la cantidad de puestos laborales perdidos sino también por el lento ajuste de los salarios respecto de la inflación.
Según el estudio durante la segunda mitad de 2019 había 393.283 mendocinos pobres, ya que vivían en hogares con ingresos inferiores a una Canasta Básica Total (CBT). En igual período de 2020 el número de pobres se incrementó a 451.644, osea 58.361 más. Estas cifras expresadas en porcentajes señalan que el índice de pobreza subió de 38,6% a 44%.
Según las estadísticas oficiales en este período la CBT subió 42%, pasando de $30.512,10 en promedio en el segundo semestre del 2019, a $43.336,52 en 2020.
Respecto de los salarios se ajustaron solo un 30,9%, de acuerdo al Índice de Salarios del Indec. Eso significa que el ingresos de las familias creció 11,1 puntos porcentuales menos que los precios de los productos y servicios básicos para vivir.
El Indec también indicó que 16.411 mendocinos perdieron su empleo en el sector privado y el índice de desocupación superó la barrera del 10%, dato correspondiente al cuarto trimestre del año pasado.
Las causas
Estos malos resultados principalmente se dan ante una serie de causas económicas. Pero la pandemia aparece como la principal razón de los problemas sociales, lo cierto es que Mendoza y la Argentina en general llevan varios años dentro de un escenario muy poco favorable para el crecimiento económico familiar.
“Era esperable un índice de pobreza tan alto. Es un resultado realmente malo, pero era previsible. Cayó casi 10% el Producto Bruto Interno (PBI) y el escenario macroeconómico ya era muy malo antes de la pandemia”, comentó, consultado por Los Andes, el economista Carlos Rodríguez.
El especialista explicó que “el núcleo duro de la pobreza es de carácter estructural, ya que se produce por factores económicos, pero también por cuestiones culturales y sociológicas”. Sin embargo, indicó que “ahora hay un componente muy grande de pobreza coyuntural, que se originó por el fuerte avance de los precios por encima de los salarios”.
“La situación de la provincia es doblemente grande, ya que no solo hay más pobres, sino que también hay una inflación persistente que sigue encareciendo los productos de primera necesidad”, destacó el economista.
Rodríguez subrayó que “Lo que es peor, es que las estadísticas evidencian que hay muchos niños que son pobres. Generalmente los hogares pobres son numerosos en cantidad de personas. Es una gran cantidad de jóvenes que tiene restricciones culturales y educativas, lo que los dejará en desventaja cuando deban desempeñarse en el mercado laboral futuro”.
Por su parte el economista Pablo Salvador dio su opinión y también destacó el lento avance del ingreso familiar con relación a la CBT y la CBA (Canasta Básica Alimentaria).
“En la etapa más estricta de la cuarentena hubo un exceso de demanda de alimentos. La gente hacía acopio. A su vez, había restricción de la oferta, por la menor producción y los problemas para circular. Todo confluyó e un incrementos de precios importante, que ya venían creciendo por la constante inflación”, detalló.
Salvador destacó que durante ese período “los salarios no acompañaron, y continuaron con una tendencia negativa de varios años”. Entre 2018, 2019 y 2020, los salarios perdieron casi 25% de poder de compra. Es una situación gravísima”, lamentó.
Los Andes también consultó sobre el tema a Sebastián Laza, asesor del Ministerio de Economía de Mendoza quien consideró “que la explicación principal del fuerte incremento del índice de pobreza es que durante el segundo semestre del 2020 se volvió a disparar la inflación, por encima del crecimiento salarial. Eso mandó a muchos asalariados por debajo de la línea de la pobreza. A eso hay que sumarle el efecto de los puestos de trabajo perdidos por la pandemia”, argumentó.
Posible rebote
En economía, cuando se registra un movimiento brusco de algún indicador, en este caso el índice de pobreza, es esperable en un corto plazo que haya un rebote hacia el lado opuesto. Sin embargo, en este caso se estima que la reacción podría demorarse un poco más de la cuenta.
Para el consultor del Gobierno, “la situación mejorará cuando haya un rebote de los salarios. La actividad económica tiende a mejorar, pero son los sueldos los que deben recuperar puntos respecto a la inflación para que la pobreza empiece a ceder. Hoy el IPC sube un 4% mensual; si los sueldos siguen creciendo por debajo de ese valor, más hogares caerán bajo la línea de la pobreza”, advirtió Laza.
“No es sustentable el modelo macroeconómico de Alberto Fernández. Lamentablemente Mendoza no maneja las variables fiscales monetarias de la Nación”, agregó.
En tanto, Rodríguez y Salvador coincidieron en que la pobreza comenzará a bajar cuando Mendoza logre una reactivación económica significativa, principalmente en sectores clave, como la construcción, el comercio y el turismo. Fuente Los Andes