Fueron muchos los meses que los mendocinos y argentinos pasamos encerrados en nuestras casas por el temor de contagiarnos de un virus letal, como lo fue el Covid-19, así como en el país y el mundo, el aislamiento social se realizó durante un largo tiempo, donde al encontrarnos inmersos en nuestros pensamientos, intentando mantenernos a salvo, problemáticas relacionadas con la salud mental aparecieron de la mano, como la angustia, la ansiedad y el miedo, debido a la incertidumbre que nos atravesaba.
Sin dudas el Covid-19 nos afectó a todos en diversos ámbitos, ya sean laborales, de salud, educación y relaciones interpersonales, y este 20 de marzo, tras cumplirse 3 años desde que se decretó la cuarentena en Argentina, en Vía País hablamos con la Licenciada en Psicología, Laura Militelo, quien nos contó cómo se abordó el proceso de aislamiento social, desde la salud mental y cuáles son los estragos que dejó la pandemia en los jóvenes.
Cómo fue el trabajo de los psicólogos durante la cuarentena
Básicamente, todos los rubros laborales se vieron afectados con la pandemia, y la psicología no fue la excepción, ya que al no poder tener contacto físico con los pacientes, los profesionales tuvieron que acudir a la modalidad virtual, “la modalidad de trabajo cambió radicalmente porque el dispositivo terapéutico tuvo que transformarse y adaptarse a lo virtual, lo que provocó, en algunos casos, la aceptación por parte de los pacientes y en otros casos los tratamientos se suspendieron hasta que se retomó la presencialidad” cuenta a Vía País, la psicóloga Laura Militelo.
La atención online terapéutica no funcionó en la gran mayoría, ya que al encontrarse los pacientes bajo el mismo techo junto a su familia o convivientes, la privacidad era casi nula, y afectó de distintas maneras a cada grupo etario, “en adolescentes, en mi experiencia, no funcionó la modalidad remota, ya sea porque les daba vergüenza prender la cámara o por el tema de la privacidad, ya que en el hogar estaban presentes sus padres, hermanos, etc.”, expresa la licenciada en salud mental.
Y agrega como fue con los más chiquitos, “en el caso de atención de niño/as fue un poco más difícil porque no contábamos con experiencia para el trabajo online. Además, como los menores no asistían al colegio, no hubo en la clínica particular demanda. Solo en algunos casos se atendió la emergencia ante alguna crisis subjetiva”.
Cuáles fueron las problemáticas de salud mental que se trataron durante la cuarentena
Entre el temor a la muerte y a la enfermedad, la pérdida de seres queridos, fobias, conflictos en las relaciones familiares, violencia intrafamiliar, entre otros casos, fueron las problemáticas que más afectaron a los jóvenes durante el proceso de aislamiento social.
Cabe destacar que muchas problemáticas llevaban un tiempo sin manifestarse de forma directa e hicieron eclosión ante el hecho de tener que compartir por más tiempo los espacios con la familia o convivientes, sumado a la incertidumbre y la presión económica.
Particularmente la cuarentena afectó a los adolescentes, quienes se encontraban en una etapa en la que necesitan diferenciarse de los adultos y establecer nuevas relaciones sociales, y el aislamiento hizo que al estar durante tantas horas en el mismo espacio que sus mayores, los chicos dormían de día y por la noche usaban sus celulares para chatear con sus amigos, ya que era la única forma de conectarse con ellos, lo cual trajo discusiones entre padres e hijos.
Cómo le afectó a los jóvenes la cuarentena
En general, en el ámbito educativo, los adolescentes fueron perdiendo el vínculo con la escuela, el ritmo de las tareas en casa y la relación con su grupo de pertenencia. Si bien se acentuó el uso de las redes sociales y los celulares de manera exponencial, los chicos no se podían reunir de forma presencial con sus compañeros y profesores, y fue afectando a las relaciones interpersonales.
Por otro lado, en el ámbito social, hubo casos en donde los jóvenes se vieron aún más afectados, sobre todo en los adolescentes más tímidos, ya que la pandemia generó que se retrajeran aún más del contacto social y se sintieran cómodos en ese lugar, por lo cual después con la vuelta a la normalidad, no estaban muy contentos.
Luego del regreso a las actividades presenciales y el contacto social surgieron nuevas patologías en los jóvenes, “lo que apareció con más frecuencia fueron síntomas ligados a ataques de pánico y ansiedad”, cuenta la Licenciada en Psicología, Laura Militelo.
“Sobre todo en situaciones en donde tenían que retomar actividades interpersonales, con exposición cara a cara. Ante la angustia que esto provoco se han visto situaciones de autolesiones, trastornos en la conducta alimentaria, dificultad en el control de impulsos, entre otros”, explicó la profesional de la salud.
Cuáles son los aspectos positivos que dejó la cuarentena en los jóvenes
Con respecto a lo educativo, se podría pensar como positivo la incorporación paulatina de las TICs en los procesos de aprendizaje (conjunto de tecnologías de hardware y software que contribuyen al procesamiento de la información educativa), donde la tecnología enlazada a lo educativo podría ser una forma de atraer a los adolescentes.
Algo que también se fue desarrollando tras la pandemia, es que los jóvenes ahora se animan a pedir ayuda, ya que los síntomas en los adolescentes fueron cambiando debido al contexto y la época en la que vivimos, y muchas veces son acompañados por sus padres o tutores a realizar la consulta con los profesionales de la salud mental, donde pueden generar un espacio de confianza en el cual descubran que es lo que les pasa y comenzar un proceso terapéutico.
“Para ello, la presencia del mundo adulto, los padres y docentes, juegan un papel central en la detección de problemáticas, como así también en la puesta de límites clara y amorosa. El adolescente quiere que lo quieran, que lo acepten y si por alguna razón detecta el rechazo de sus pares o de aquellos que los rodean, reacciona, cada uno de la manera que puede, en algunos casos más saludables que otros, podríamos decir”, señala la psicóloga, Laura Militelo.
Cuáles son los desafíos actuales a tratar con los jóvenes en la pospandemia
Lo que más destaca la Licenciada en psicología, es que se puedan abrir espacios de escucha para los adolescentes, donde se puedan alojar aquellas cuestiones que los atraviesan sin que se sientan juzgados por los adultos, dándoles lugar a que pongan en palabras algo de aquello que los hace sufrir.
Los procesos de la adolescencia se han visto dificultados y poder transitar los duelos típicos de la edad, implica un acompañamiento y una apertura en la escucha profesional, sin apuros ni presiones, que ellos no puedan tolerar por la etapa que están transitando, pero siempre con la mirada atenta para poder detectar lo que les sucede y prevenir riesgos.
“El uso excesivo de las redes hace que su mundo gire en torno a imágenes y likes, el impacto de eso instantáneo en la subjetividad es parte de lo que nos encontramos en la clínica con adolescentes, y ese factor no se puede eliminar, pero debemos estar atentos a las consecuencias y la tramitación que tendrá en cada uno de ellos”, expresa la Licenciada Laura Militelo.
De que manera acompañar a los adolescentes en la pospandemia
La salud mental en épocas de crisis o grandes cambios es frágil, si a eso se le suman los procesos de cambio que afectan al adolescente, hay una gran oportunidad de disminuir el padecimiento y los riesgos, pero si solo se quieren controlar y normativizarlos, se puede empujar a los jóvenes a un callejón sin salida.
“Se escuchan adolescentes tristes, deprimidos, exaltados, solitarios, en el día a día del consultorio, hay padres demasiados presentes que en el afán de ayudar asfixian y hay otros demasiado ausentes” dice la psicóloga Militelo.
“La transmisión de la prevención y promoción de la salud mental nos atañe en tanto profesionales y parte de una sociedad que a veces es ciega, sorda y muda ante el sufrimiento de los otros, ya sea niño, adolescente o adulto. La detección temprana de conductas de riesgo es fundamental para poder realizar un trabajo interdisciplinario que reubique y enlace nuevamente por las vías de la vida y el amor, a aquellos que a veces eso no les resulta tan simple”, expresa la Licenciada en psicología, Laura Militelo.
Sin dudas, ser padres de adolescentes no es una tarea fácil, pero los chicos hoy más que nunca necesitan el apoyo de los adultos, como figuras conscientes entre lo que dicen y lo que hacen, e incluso también necesitan que los padres reconozcan que a veces no saben o no pueden ayudarlos en ciertos temas, y que pueden estar afectados por ellos, lo cual no hace que sea una problemática imposible de cambiar.