Las circunstancias eran confusas para los investigadores por aquellos días, pero luego se comprobó que el arma se activó accidentalmente mientras era manipulada por Federico Luis Sosa (18) junto a su amigo Pablo Escudero (20), quienes eran muy amigos.
Compartían tardes y noches juntos en el barrio Venier de Palmira, en San Martín. Parecían inseparables. Pero una tragedia le puso fin a la relación: escudero murió a mediados de octubre del 2017 producto de un disparo en la cabeza, y todo apuntaba a que la persona que había gatillado el arma de fuego era Sosa. Debido a esto, terminó detenido.
Las circunstancias eran confusas para los investigadores por aquellos días, pero luego se comprobó que el arma se activó accidentalmente mientras era manipulada por Sosa.
El joven fue a juicio oral y público por el delito de homicidio culposo y la Justicia del Este lo condenó este jueves a 4 años y 8 meses de prisión y continuará en la cárcel.
Pablo Escudero estaba con amigos sobre calle El Ombú, y a la citada hora se oyó una detonación proveniente del sector donde permanecían los jóvenes.
El chico fue trasladado de urgencia al Hospital Perrupato y en ese lugar recibió las primeras curaciones, pero el grave estado que presentaba ameritó que fuese derivado al Hospital Central.
Allí pasó toda la madrugada del martes, agonizando, hasta que minutos antes de las 9 falleció.