Según la acusación, Romero Miranda era quien decidía los días y horarios de atención, las tarifas, la admisión o rechazo de las mujeres al "privado", abonaba los gastos o insumos que demandaba la explotación sexual y se quedaba con una parte de las ganancias por los "pases" de las prostitutas con los clientes que concurrían al lugar.
Ya había sido condenado por el mismo delito, pero según el fallo "la historia se repitió luego, dado que preso nuevamente, el imputado seguía controlando su ilícito negocio y todos los indicios ya señalados, que surgen de las investigaciones y escuchas, van en ese inequívoco sentido".
En la resolución final del juez Ares, que primero rechazó el planteo de nulidad por supuesta múltiple persecución penal contra el acusado que presentó su abogado, influyó la condena previa que acumulaba Romero Miranda.
Además de ambas causas, el mes pasado, en un operativo judicial, fue allanada la celda de la cárcel bahiense donde Romero Miranda está preso y le secuestraron un teléfono móvil, con el que mantendría, aun a distancia, el control del mismo prostíbulo, también allanado.