El tercer trimestre marca una lenta pero sostenida recuperación del mercado de combustibles, lo que impacta en números positivos para YPF. Los ingresos de la empresa petrolera, tras la crisis por el Covid 19, crecieron 19,5% respecto al período anterior, con más de u$s 2.300 millones facturados, cifra que se conoció en medio de algunos cambios.
Pablo Rizzo, de alguna manera responsable en parte de estas cifras, actual director de la destilería de Luján de Cuyo, que luego de 3 años dejará su cargo en manos del ahora responsable de la planta en Plaza Huincul, Miguel Assad.
"Las decisiones adoptadas por la compañía desde abril, en el marco de una crisis inédita generada por la pandemia, permitieron mejorar ingresos, mantener costos bajo control, preservar la caja, despejar el futuro financiero y recuperar gradualmente la actividad, con un impacto positivo en el EBITDA (beneficio bruto, es decir, sin amortización ni otros gastos deducibles) que mejoró significativamente", señalaron desde la compañía.
La petrolera facturó 19,5% más en dólares, como resultado, de acuerdo a la información brindada "de la recuperación en las ventas de combustibles y la estabilización de la producción de petróleo y gas": eso significó pasar de u$s 1.947 millones hasta junio, a u$d 2.327 millones en setiembre, según señaló una nota publicada por Sitio Andino.
Con un repunte de la demanda de productos refinados (los volúmenes vendidos de nafta y diésel crecieron 41% y 22% respectivamente), y precios en surtidor que se ajustaron dos veces durante el trimestre julio-setiembre con un acumulado del 8% promedio, la actualidad para YPF pinta distinta. Aunque advierten que "todavía no se alcanzaron los niveles pre-pandemia".
Con Rizzo al frente de la refinería, a la que llegó a comienzos de 2017, se puso en marcha al año siguiente un ambicioso plan de inversiones de u$s 1.000 millones en cinco años para ampliar la capacidad, mejorar la capacidad de los productos (menos contenido de azufre) y 18 kms de ducto para el transporte del crudo. Pero la pandemia fue un reto mayúsculo: el nivel de procesamiento se derrumbó, para luego alcanzar una utilización del 73% de su capacidad en el trimestre contra el mínimo del 47% en abril a raíz de la crisis de consumo por el aislamiento.
Costos bajo control, la premisa del nuevo responsable
La planta atraviesa un mantenimiento programado durante los últimos 15 días, que viene de hacerse en la refinería de La Plata, próximo destino del profesional mendocino. En su lugar, desde fin de mes Miguel Assad asumirá la conducción de la refinería de Luján, en donde se desempeñan alrededor de 800 trabajadores permanentes sin contar empresas contratistas. Assad es un ejecutivo bonaerense con experiencia en el área logística de YPF, que viene de ser gerente general de Plaza Huincul, otra de las plantas de refino de la petrolera de bandera.
Assad tomará la posta del recupero de la destilería mendocina, en un contexto en el que el total se estabilizó en 468.500 barriles de petróleo equivalente día tras la reanudación gradual de la actividad. Durante este período, se reactivaron 35 equipos en las provincias de Chubut, Mendoza, Neuquén y Santa Cruz lo que frenó la caída de la producción, aunque "en niveles por debajo de la pre-pandemia y adecuados a las necesidades de mercado".
En Mendoza, YPF volvió a poner en marcha 12 equipos de perforación, esto es, 6 de pulling y 6 de workover. Fue la primera provincia que firmó el acuerdo que permitió el retorno a la actividad a más de 500 operarios confinados a sus hogares por la cuarentena, con el pago de sueldos al 60%.
Los costos de acuerdo a lo admitido en el último informe "se mantuvieron bajo control a medida que avanzó la implementación de un plan de eficiencia en toda la compañía que permitió que los gastos operativos, excluyendo compras y regalías, disminuyan un 19% respecto del trimestre anterior". Eso incluyó la apertura de un programa de retiros voluntarios con el objetivo de reducir su plantilla de personal, cuyo resultado la firma no confirmó.
Las inversiones, si bien se mantienen bajas respecto al mismo período del año anterior, se comenzaron a recuperar a medida que se reactivó la producción: trimestre contra trimestre crecieron un 72,2%. En 2018, YPF había anunciado un plan quinquenal de u$d 1.000 millones para ampliar la capacidad del lugar, y más de la mitad de ese importe se había empezado a volcar el año pasado.
Con todo, lo que viene no será fácil porque el verdadero objetivo es revertir un déficit millonario. De hecho, más allá de los datos positivos, la utilidad neta trimestral para YPF fue una pérdida $35.332 millones, lo que sin embargo se considera "una mejora significativa" si se compara con el déficit de $85.048 millones del trimestre abril-junio. Fuente Sitio Andino