Los albergues transitorios abrieron hace poco más de 20 días en Mendoza, tras haber permanecido sin actividad durante casi siete meses a raíz de la situación sanitaria por la pandemia de coronavirus.
Este es uno de los sectores más golpeados por el avance del COVID-19, porque incluso la reapertura complicó la actividad. Es que presentar documentación para ingresar y romper con el anonimato, fueron algunas de las medidas que complicaron a los hoteles alojamiento.
En la provincia la mayoría de los albergues abrió sus puertas, salvo unos pocos. Aquellos que decidieron volver al ruedo, apuestan a atraer a sus clientes con ofertas, combos en el servicio de bar y hasta implementaron un sistema de reservas por WhatsApp para que nadie quede afuera.
Al respecto, el presidente de la Asociación de Albergues Transitorios de Mendoza (AATM), Eduardo Moyano, comentó a Vía Mendoza que la prohibición de los "telos" alentó a la gente a buscar alternativas clandestinas.
"El sexo es una necesidad natural del ser humano, no es una cosa inventada, y el Gobierno no quiere que pase. Y durante muchos meses quiso que pase en la clandestinidad. Los únicos que teníamos protocolos, medidas sanitarias y seguimiento, esos eran los que estaban cerrados", expresó el empresario.
Además, explicó que no solo fueron un problema las medidas, protocolos y la demora en la reapertura, sino también todo lo que viene de ahora en adelante como los altos costos a los que se tienen que enfrentar de meses anteriores y los actuales.
"El protocolo es un tema, pero no es el único. El tema abrir era una parte, pero no la más delicada.Luego de esta etapa viene la otra, saber si nos podemos mantener y si cubrimos los costos fijos, y después ver como afrontar las deudas de estos ocho meses", resaltó Moyano.
Respecto a la reapertura indicó: "Se habilitó la vuelta con protocolos y con ventaja respecto a nuestro mismo rubro, porque pertenecemos a la hotelería pero no tenemos espacios comunes. El cliente es totalmente independiente, no ve a otro cliente y a ningún empleado. Entra y sale por sus propios medios y no tiene contacto con nadie. Las medidas sanitarias son excelentes".
Por su parte, desde la gerencia de La Luna, un reconocido alojamiento de Guaymallén, comentaron: "Al principio costó mucho porque el protocolo es el mismo que el de los hoteles convencionales. El cliente de a poco se va enterando que estamos abiertos".
"Hace una semana el tema del DNI era uno de los impedimentos para el cliente, no sólo por la terminación del número sino por el hecho de mostrarlo y lo mismo con la declaración jurada. Muchas veces eligen un albergue por el tema del anonimato", resaltaron.
Incluso muchos clientes se niegan a firmar la declaración jurada, a quienes se vieron en la obligación de prohibirles el ingreso. "Hoy llenar declaraciones, con circulación comunitaria, y si el Estado no está haciendo trazabilidad epidemiológica, no tiene mucho sentido. Esperamos que en algún momento se corte con eso", resaltó uno de los gerentes del albergue.
En cuanto a las estrategias para atraer a las parejas, en este alojamiento -como en muchos otros- apostaron a bajar los precios del servicio de bar. Pero, algo que tendrá que esperar, es la gráfica de La Luna en las calles mendocinas por su alto costo, pero adelantaron que pronto se podrá ver algo de esto en las redes.