La empresa IMPSA, una marca insignia de Mendoza, volvió a lanzar un refinanciamiento de su deuda para poder acceder a los planes de rescate disponible desde el Estado. El proceso de búsqueda de inversores y compradores fracasó y fue suspendido, por lo que ahora su futuro depende de sí misma y de la ayuda del gobierno.
En enero de este año la compañía aprobó un plan de reestructuración que incluía la búsqueda de inversores y venta. IMPSA quebró y quedó en manos de los acreedores; principalmente bancos. El contexto, explicó la empresa a través de un comunicado, no ayudó y complicó ese plan. La crisis complicó "el desarrollo del proceso de venta previsto en los Fideicomisos de Acciones de la Sociedad". "El mismo debió finalmente ser suspendido por el asesor financiero contratado a tales efectos ante la falta de compradores interesados", según informaron fuentes de la empresa al medio MDZ.
Análisis
Actualmente la conducción de la empresa está en manos del Banco Nación, el BICE y el BID. Esa vinculación le da llegada al Gobierno y a la posibilidad de asistencia.
IMPSA busca que la empresa sea tomada como estratégica por el Estado y así recibir ayuda. Entre las líneas de emergencia a las que busca acceder está el flamante "Programa de Asistencia a Empresas Estratégicas en proceso de Reestructuración de Pasivos", que le otorga subsidios a las empresas para capital de trabajo pasivos para lograr viabilidad económica y financiera. La asistencia que busca IMPSA consiste en Aportes No Reembolsables "que las empresas beneficiarias deberán destinar al pago del 50% de la masa salarial bruta". Pero que puede ser ampliado. El problema es que el acceso a esa ayuda está sujeto a la aprobación por parte de los acreedores del refinanciamiento de la deuda.
Por eso IMPSA vuelve a presentar un plan de reestructuración que prorroga pagos para más adelante. El plan no incluye quita de capital, pero sí de intereses y una prórroga. "El capital de la Nueva Deuda se amortizará en 12 cuotas anuales iguales y consecutivas, comenzando el 30 de diciembre de 2028 y con vencimiento final el 30 de diciembre de 2039", dice la propuesta de la empresa.
"Entendemos que esta propuesta de recomposición de la estructura de capital de IMPSA permitirá brindar una solución definitiva a los problemas que han afectado sus operaciones en los últimos años, asegurando al mismo tiempo la cancelación de todas sus deudas, en condiciones razonables y con objetivos cumplibles. Lo que se ofrece mediante la Oferta de APE es, en definitiva, un reperfilamiento de los vencimientos de la deuda, a valor par y en Dólares, sin quitas de capital", informaron desde la empresa.
La metalúrgica tiene una situación ambigua. Mientras está en búsqueda de salir de la crisis aguda que la aqueja hace años, es parte clave del proceso para hacer la principal obra pública de la historia de Mendoza: Portezuelo del Viento. La firma es parte del único consorcio que participa de la licitación y que es liderado por una empresa china.