Una familia mendocina se contagió de coronavirus y contaron en primera personas cómo viven la enfermedad desde el primer momento que supieron que eran positivos a Covid-19. Todos juntos conforman un clúster, término que ocupa el Ministerio de Salud de la provincia para agrupar los contagios a la hora de informarlos en el parte diario.
Vanesa Mateos se contagió por su marido, Lucas Zárate, y lo mismo ocurrió con dos de los tres hijos de la mujer: Christian Lo Ruso (19) y Valentín Zárate (9). El hombre, a su vez, contrajo la enfermedad a partir de una compañera de trabajo y así todos forman parte de un mismo clúster.
Fuentes del Ministerio de Salud, Desarrollo Social y Deportes de Mendoza explicaron que "clúster" es utilizado "cuando los contagios se dan en un lugar específico; está asociado a un grupo de contagios, por ejemplo, dentro de un domicilio o un mismo lugar y espacio".
"Hace diez días llamó uno de los jefes de mi marido y contó que una de sus compañeras había sido internada por síntomas y que algunos de sus familiares habían dado positivo. Ella había ido a trabajar ya enferma y no había dicho nada", indicó la mujer en diálogo directo con Los Andes.
Vanesa transita la parte final de su recuperación en la clínica Santa María y desde allí comentó que lo que vivieron junto a su familia fue "una experiencia muy angustiante, una montaña rusa de emociones".
No solo les tocó lidiar con una enfermedad desconocida, sino que también tuvieron que pasar por algunas situaciones por demás estresantes, como el traslado de uno de los integrantes a otro hospital, un primer resultado negativo en su test, aunque tenía todos los síntomas, o un diagnóstico equivocado para uno de sus hijos.
Cómo se dieron los contagios
El primero en presentar síntomas y ser hospitalizado fue Lucas y, 24 horas después le tocó a su mujer, Vanesa. "Cuando tuve fiebre entré en contacto con los médicos y me dijeron que tengo estar internada sí o sí. Me convencieron y el miércoles me hicieron el hisopado, que dio negativo. Pero era evidente que un segundo iba a dar positivo", comentó.
Y agregó: "Me agarró desesperación porque no quería dejar a mis tres hijos y no podía entrar nadie a mi casa".
Luego se contagiaron Christian y Valentín, el mayor y el menor de sus hijos. Con Mauro se dio una situación particular: fue el único que no contrajo el virus, a pesar de haber estado en permanente contacto con todos los miembros de la familia, incluso en la misma habitación en la clínica.
"Al otro día de que me internaron me trajeron a uno de los chicos. Una de las doctoras quería internar a mis otros hijos y yo me negaba porque ellos no estaban con síntomas. Para mí, era exponerlos a una situación innecesaria. Pero los terminaron internando a todos. Al mayor le tocó estar en hospital Lencinas porque no tenía obra social en el momento", contó Vanesa.
Y justamente con el joven de 19 años les tocó vivir una situación "bastante angustiante". Su mamá recordó: "Hace algunos días me llamó y me dijo que le iban a poner suero y medicación porque tenía filtraciones en los pulmones. En ese momento casi me muero. Tuve que pedirle a mis familiares más cercanos que corrieran al hospital para saber qué pasaba. Al final, se habían confundido de paciente y fue sólo un susto pero no puedo describir lo que vivimos en ese momento".
De a poco todo lo malo ha ido quedando en el pasado. "Ahora los chicos están re bien y yo estoy mejorando. Y la cosa se complica un poco porque estamos los tres encerrados en una habitación con las camas y con lo niños que no saben qué hacer", sostuvo Vanesa entre risas.
Y cerró: "Cuando salgamos tenemos que hacer otra cuarentena en casa. Serán 14 días de aislamiento, que van a ser los más hermosos porque serán ya sanos. Después tenemos que seguir cuidándonos porque no quedamos inmune al virus y más adelante podemos volver a tener la enfermedad".
*Este texto fue publicado originalmente por Los Andes. Se reproduce aquí con la autorización correspondiente.